EL PAíS › LA GUERRA DE LOS SOBRESUELDOS
Ventilador a full
Distintos funcionarios reiteraron que no se cobran sobresueldos ni hay gastos reservados fuera de Inteligencia. El titular de Ingresos Públicos bonaerense, Santiago Montoya, declaró ante la Justicia.
La polémica por el pago de sobresueldos a los funcionarios en la era menemista sigue sumando actores. El Gobierno salió a explicar que ahora “no existen gastos reservados” sino “gastos de inteligencia”, le respondió a López Murphy, asociándolo a una “oposición paupérrima” por sus críticas al oficialismo, y al propio Domingo Cavallo. El ex presidente Fernando de la Rúa volvió a hablar para afirmar que durante su administración no se pagaron “ni sobresueldos ni sobres”. El jefe de la UCeDé porteña, Jorge Pereyra de Olazábal, negó que haya cobrado sobres extras como funcionario del gobierno de Menem y el ex embajador menemista Jorge Asís, dijo que María Julia “no tiene que estar presa”. El secretario de Ingresos Públicos bonaerense, Santiago Montoya, declaró ante la Justicia como ex miembro del equipo de Cavallo.
“El Estado Nacional no tiene gastos reservados. Sólo tiene gastos de inteligencia en la SIDE, donde hay control democrático porque es analizado por una comisión parlamentaria”, dijo Aníbal Fernández, que salió al cruce de quienes afirman que el dinero de los servicios de inteligencia seguiría destinándose a fines políticos. El ministro del Interior aclaró que el presupuesto anual del organismo de inteligencia es de 238 millones, de los cuales el 70 por ciento se va en sueldos: “por eso, si hubo un aumento de 100 millones es porque lo que había no era suficiente porque hay actividad dentro y fuera del país”, justificó.
Fernández no dejó pasar la oportunidad para responderle a Cavallo, quien lo responsabilizó directamente de “meter en la misma bolsa” a funcionarios “honestos” que cobraban “reintegro de gastos” –como los denominó el ex superministro– no mayores a 6500 pesos mensuales “con los que ahora dicen haber cobrado 50 mil pesos para aumentar superficialmente su patrimonio no declarado ante la DGI”. Fernández argumentó que “no he hablado con él en ningún momento, así que no sé porqué se ataja”, para luego afirmar que “si he hablado de él, paradójicamente he hablado bien, yo le he criticado millones de veces, pero no particularmente en este caso”.
Con López Murphy, que dijo que el tema sobresueldos está alimentado por el Gobierno “para no ocuparse” de los problemas actuales, el titular de la cartera política no fue tan condescendiente. Fernández dijo que el líder de Recrear forma parte de una “oposición paupérrima” a la que sumó también a Mauricio Macri. Luego lanzó una chicana al afirmar que el Gobierno espera que se construya una oposición, porque si no, la oposición “se da dentro del partido”, en referencia al oficialista Partido Justicialista.
En tanto, De la Rúa volvió a justificarse públicamente. “Ni sobresueldos ni sobres. En mi gobierno no hubo sobres para periodistas, legisladores, jueces ni funcionarios”, afirmó el ex presidente en una nueva aparición radial para despegar su gestión de otro escándalo. “Cada funcionario y ministro cobraba lo que está estipulado por las normas vigentes”, repitió para insistir que “absolutamente” todo era en blanco.
Otro de los que salió a defenderse fue Pereyra de Olazábal, ex secretario de Industria y Comercio y ex viceministro de Defensa de Carlos Menem. Dijo un escueto “no” para responder que no cobró sobresueldos, pero recordó que “había una suerte de permanente discusión (en el menemismo) sobre cómo se podían manejar ciertos gastos reservados, que parecía que había por esta ley secreta”.
El también ex funcionario del equipo cavallista, Montoya, que ocupó el directorio del BID entre el ‘91 y el ‘96, fue citado por el juez Ballestero. Negó haber cobrado sobresueldos, pero dio detalles de la reunión de gabinete de 1992 en la que Cavallo explicó cómo debían declararse esos pagos extras.