EL PAíS
“Esta opinión pública puede ser contradictoria”
El consultor Heriberto Muraro analiza los resultados de su más reciente trabajo, que demuestra que aunque aprueba al Presidente, la opinión pública no compra todas sus propuestas.
Por Raúl Kollmann
“La opinión pública no tiene la obligación de ser coherente. Puede tener posturas aparentemente contradictorias, puede que no le compre todas las propuestas al Presidente, pero al mismo tiempo lo evalúa bien porque, comparativamente, llenó un vacío de poder, o lleva adelante una cierta salida de la crisis.” Este es el diagnóstico del consultor Heriberto Muraro, quien explica así una serie de datos de sus encuestas que en algunos casos son favorables al Gobierno y en otros casos van en contra.
La gente cree que los funcionarios actuales cobran sobresueldos, pero apoya a Kirchner en sus críticas por la libertad de Omar Chabán y María Julia Alsogaray. El primer mandatario tiene el respaldo de más del 50 por ciento de la población, pero la mayoría está en desacuerdo con la postura del Presidente que plantea la elección de octubre como un plebiscito.
El debate surge alrededor de la encuesta semanal que realiza la consultora que lidera Muraro, TeleSurvey, que cada siete días consulta a 400 personas de Capital Federal y Gran Buenos Aires sobre los temas más candentes de la situación nacional. En el trabajo se respetan las proporciones por sexo, edad y zonas de acuerdo con el nivel económico-social.
“La opinión pública puede estar a favor de que le bajen los impuestos y al mismo tiempo reclamar más obras públicas –explica Muraro–. No está en el conocimiento de las cuentas públicas, cree que hay oscuridad, secreto, incluso robo. De manera que puede opinar cosas que tengan apariencia contradictoria. Pero, atención, que está la cuestión del sentido común. Por ejemplo, opina bien del Presidente, de su política económica y del ministro Roberto Lavagna, pero al mismo tiempo considera que los sueldos reales son bajos, los precios altos y mediocre el rendimiento en cuanto a políticas de empleo. El tema es que hace esas consideraciones en el marco de creer también que se está saliendo de la crisis y que eso es bueno en comparación con la catástrofe de la que veníamos. Además, tiene esperanza de que las cosas funcionen. Por lo tanto, hay que analizar la opinión de la gente con la óptica del sentido común.”
Para el consultor, “lo que muestra la encuesta es que al ciudadano común no le gusta la estrategia que planteó el Presidente de que la elección de octubre es un plebiscito y que hay que votar a sus candidatos para que él pueda gobernar (ver cuadro). Se percibe como una presión y el encuestado es un votante que prefiere ir a las urnas sin presiones, libremente. Sucede también que nadie ve que haya fuertes corrientes de desestabilización, entre los encuestados mismos casi nadie evalúa mal o muy mal a Kirchner. Pero, insisto, no les gusta la presión. Ahora bien, eso no significa que la presión del Presidente no termine teniendo efecto, más todavía con la aparición de la fuerza de centroderecha que encarnan López Murphy y Macri. Antes, lo que había enfrente era muy disperso, no había concurrencia. Ahora, tal vez la estrategia del plebiscito tenga efecto”.
“Respecto de la crítica a la libertad de Chabán y María Julia Alsogaray, no estamos ante una opinión pública integrada por juristas. A la gente le cayó bien la crítica del presidente Kirchner porque en República Cromañón hubo muchísimos muertos y porque María Julia es el paradigma de la corrupción. No hay misterios. Insisto en los dos conceptos: la opinión pública no tiene obligación de coherencia y el análisis requiere de una enorme cuota de sentido común”, cierra el titular de TeleSurvey.