Aníbal Ibarra jugará hoy la última carta fuerte que tiene en su poder antes del veredicto en el juicio político que se le sigue por la tragedia de República Cromañón: a las seis de la tarde encabezará una marcha en rechazo de su destitución a Plaza de Mayo y allí, rodeado de referentes sociales, denunciará una vez más que la oposición intenta dar “un golpe institucional” en la ciudad de Buenos Aires. El suspendido jefe de Gobierno reiteró ayer que los legisladores que promovieron su enjuiciamiento practican “la política del buitre” y utilizan “el dolor de los padres” de las víctimas del boliche en Once “en función de sus propios intereses”.

Los ibarristas prometen juntar esta tarde en Plaza de Mayo más gente de la que reunieron en ese mismo lugar en el acto que convocaron una semana después de la suspensión de Ibarra, en noviembre pasado. Entonces, concurrieron unas quince mil personas.

A una semana del veredicto que puede poner punto final a sus días en la jefatura de gobierno, el propósito de la manifestación es darle mayor oxígeno político a Ibarra. La apuesta del ibarrismo es trasladar a la calle y dejar a la vista de los legisladores que dictarán la sentencia el próximo 10 de marzo lo que muestran las encuestas: que el 60 por ciento de los porteños está en contra de la destitución.

El mismo Ibarra convocó a la marcha, que bajo el lema “No a la destitución” arrancará a las 18 en Lima y Avenida de Mayo, en compañía de políticos de otras fuerzas, dirigentes de organismos de derechos humanos, representantes de organizaciones sociales, personalidades de la cultura y el deporte y de familiares de víctimas de Cromañón que están de su lado. El PJ porteño –presidido por el jefe de Gabinete nacional, Alberto Fernández– adhirió a la movilización, a la que también concurrirán los socialistas. El aval del kirchnerismo a Ibarra –que evidenció la solicitada contra el juicio político que publicaron días atrás senadores y diputado K– se tradujo además en la convocatoria a la marcha que hicieron también la kirchnerista Corriente Nacional y Popular 25 de Mayo, que lidera Ricardo “Pacha” Velasco; el Frente Transversal, Popular y Nacional, que conduce el gremialista de la CTA Edgardo Depetris; y el Partido de la Victoria, que movilizará a partir de las 17 desde Diagonal Sur y Belgrano.

Los organizadores de la marcha buscarán darle la mayor visibilidad posible al entramado político y social que hoy respalda a Ibarra. Los principales referentes de los diversos sectores que lo apoyan lo acompañarán en la cabecera de la marcha y al llegar a Plaza de Mayo serán ubicados en una grada con 180 lugares en la parte posterior del escenario. A ambos lados del escenario habrá, además, dos urnas gigantes para simbolizar “la defensa de la democracia en la ciudad”.

Está previsto que hable un dirigente de derechos humanos y un representante de la cultura. Es posible que también diga lo suyo el ex fiscal Julio César Strassera y que se incluya a un deportista entre los oradores. El cierre del acto quedará en manos de Ibarra, a quien un grupo de vecinos de Villa Ortúzar le llevó ayer una torta a la puerta de su casa porque era su cumpleaños 48. Después de soplar las velitas, el jefe de Gobierno afirmó que “lo peor de la derecha y la izquierda vieja e irresponsable se juntan para dar un golpe institucional en la ciudad de Buenos Aires”.

También el secretario de Cultura porteño, Gustavo López, cargó contra esos sectores y responsabilizó a la izquierda y al macrista vicepresidente de la Legislatura, Santiago de Estrada, por los incidentes con los familiares que se produjeron durante el alegato de Ibarra. El funcionario reclamó que se garantice a los legisladores la posibilidad de “votar sin presiones” el día del veredicto.