EL PAíS › CARRIO CON IBARRA Y KIRCHNER POR LA CADUCIDAD DE MANDATOS
No es un frente pero parece
Los tres coincidieron en señalar que por ahora los une sólo la iniciativa de depurar el sistema político. Pero un clima de coincidencias recorrió su presentación pública conjunta y dejó la impresión de que sus consensos pueden avanzar.
Por Felipe Yapur
Ellos dicen que no lo fue. Pero en todo momento, en el salón de actos de la Casa de Santa Cruz, sobrevoló la idea de que se estaba presenciando el nacimiento de un nuevo frente político. La diputada Elisa Carrió lo negó. El gobernador Néstor Kirchner también. El jefe de gobierno porteño, Aníbal Ibarra, no tanto. Lo cierto es que ayer, los tres presentaron el frente por la caducidad de todos los mandatos. Con esta iniciativa piensan quebrar la intención de Eduardo Duhalde, del justicialismo y el radicalismo de convocar sólo a comicios presidenciales y así continuar garantizando la dominación de las Cámaras legislativas. Por los dichos de los protagonistas no fue la formación de un nueva coalición política, pero se le pareció mucho.
Los tres se sentaron con forzada seriedad. Ibarra y Kirchner flanquearon a Carrió. Escucharon en silencio el documento que firmaron y que había redactado la senadora Cristina Kirchner, quien sugestivamente prefirió quedarse en Santa Cruz porque no había sesión en la Cámara alta.
El documento hace un diagnóstico de la situación que los llevó a exigir la caducidad de los mandatos y no va más allá. Cuidadoso en su redacción, apoya las diferentes iniciativas que hay en el Congreso para conseguir el fin de los cargos parlamentarios y que tiene por autores a los distintos integrantes de este nuevo frente. Sostiene que es preciso relegitimar los poderes políticos y la autoridad institucional, se recuesta en la propia Constitución para demostrarlo. El texto termina con una expresión de deseos donde aspiran a que los funcionarios políticos “comprendan la gravedad y por sobre todas las cosas, el particular momento histórico por el que atraviesa nuestra patria” y piden “comprensión política y responsabilidad histórica”.
Los discursos de Carrió y Kirchner se circunscribieron a lo pactado y no hablaron de las posibles consecuencias de este encuentro. De todas formas, y ante la insistencia de la prensa por la posible formación de un frente político, la chaqueña dijo que “no hay que tener ansiedad porque puede degenerar lo que se puede concretar”. El santacruceño fue más cauto. Primero dijo que lo importante eran las políticas de estado para luego asegurar que “es fundamental construir una nueva cultura política”.
Quien menos pudo disimular sus deseos de avanzar en un proyecto que pueda derivar en una coalición electoral fue Ibarra. “Hay vocación de profundizar este encuentro y encontrar coincidencias a futuro”, dijo para luego aclarar que “las elecciones no son soluciones mágicas.” De todas formas, no ocultó que es uno de los más decididos para avanzar en algo más que un acuerdo democrático porque inmediatamente reiteró su idea de “juntar voluntades”.
Poco después, la chaqueña prefirió advertir sobre las consecuencias que acarrearía la resistencia del gobierno a este pedido: “La gente quiere una salida en paz, pero tampoco hay que descuidar a los sectores autoritarios que pueden aprovechar esta crisis”. Luego remarcó que los tres, a pesar de que provienen de “distintas corrientes”, están “luchando para que los que no se quieren ir se vayan”.
En el salón de la Casa de Santa Cruz, ubicado en plena city, estaba colmado por seguidores de Carrió pero sobre todo de Kirchner, que no dudaron en vivar al gobernador cuando finalizó su exposición. Eso sí, se cuidaron después cuando llegó el turno de las preguntas en acompañar con aplausos alguna frase importante. Era la orden que se les había impartido antes de comenzar.
Si bien, en general, los tres cumplieron con la intención de no aventar la idea de que se estaba frente a una nueva coalición, lo cierto es que todo parece indicar que se va camino a ello. Lo reconocieron algunos miembros del ARI. Lo justifican diciendo que “es lo que está en la calle”.Claro que ese pensamiento no es homogéneo. Muchos ex frentegrandistas (astillas del mismo palo) que estuvieron en el acto, ven con desconfianza a Ibarra, acusándolo de querer estar “con Lilita sólo para ir por la reelección”. Los peronistas de Kirchner prefieren largos silencios antes de responder por la posibilidad de caminar juntos. Pero no lo descartan. De hecho, el gobernador patagónico le dijo a este diario que si no se da una extensa serie de condiciones para la interna, no desdeña la posibilidad de competir en los comicios por fuera del PJ. (ver nota aparte) También utilizó categorías de análisis similares a la de la chaqueña y, fundamentalmente, el señalamiento de enemigos comunes como Carlos Menem.
Carrió no dice nada. Ríe ante la pregunta de la coalición, mira para los costados y luego prefiere seguir diciendo que “la paz del país dependerá de tres puntos fundamentales: verdad, justicia y democracia”. Al final vuelve a pegarle duro a Menem. Ayer, por caso, dijo que “yo amo a mis enemigos, pero él sigue siendo mi enemigo”. La frase desató las carcajadas de todos los presentes y por primera vez Kirchner se permitió salir de su seriedad.
Los tres terminaron diciendo que van a continuar peleando por la caducidad y dejando de lado cualquier especulación sobre los próximos pasos. Sin embargo, anoche, cuando todo había terminado, cuando la gente ya se había retirado del salón de actos, los tres volvieron a encontrarse para “conversar” en “algún lugar” de la ciudad de Buenos Aires.