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En los últimos cinco días se bajaron dos candidatos presidenciales y ninguno dijo la verdad: le mienten a la gente y no le dicen qué está pasando. Carlos Reutemann dijo que vio algo que no revelará. Después regresó a la provincia y, como si tal cosa, anunció que había que estar alerta porque se venían las represalias: “Nos van a mandar aviones y misiles”. Represalia, venganza, ajuste de cuentas, todos conceptos que remiten a la mafia. Pero Reutemann se volvió a Santa Fe sin hacer nombres ni denuncias concretas.
Mauricio Macri lanzó a través de sus voceros su candidatura presidencial. Arregló con Azul Televisión su presentación en sociedad y hubo promociones el viernes, el sábado y el propio domingo: “Macri se lanza a la presidencia”. Anoche volvimos a asistir al espectáculo de la mafia. “Sí, esteee, bueno, en realidad, efectivamente habíamos decidido lanzarnos aquí en ‘Hora Clave’, pero bueno, después lo pensamos...” Una increíble sucesión de incoherencias que derivaron en un discurso parecido al del Lole –”no me van a dejar gobernar”–, pero con un tono bastante mayor de menemismo.
Todo huele a chantaje, aprietes, amenazas, pero nadie sabe si eso es cierto porque los que se bajan no hacen acusaciones concretas. El ciudadano común piensa que detrás de esos comportamientos mafiosos podrían estar Eduardo Duhalde, Carlos Menem o los dos. Pero, al menos por ahora, hay un pacto de silencio.