EL PAíS
Busti dice que recibió un aviso sobre magnicidio
El legislador entrerriano del PJ asegura que un dignatario de la Iglesia lo advirtió sobre la posible inminencia de un crimen de Estado. En el Gobierno, todos niegan seriedad a la versión.
Las denuncias sobre la posibilidad de que se produzca un magnicidio en plena campaña electoral abrieron una polémica entre el Gobierno, los candidatos y su entorno. El senador justicialista Jorge Busti confirmó que un “alto dignatario” de la Iglesia les advirtió a él y a la senadora Cristina Fernández de Kirchner que podría producirse un hecho de ese tipo durante la campaña. La Iglesia hizo público que “desconoce” a ese alto dignatario.
Busti ratificó en todos sus términos lo denunciado el martes a la noche por la senadora Kirchner, acerca de la advertencia que les habría realizado días antes un importante representante de la Iglesia. “Nos recomendó que realmente tuviéramos mucho cuidado porque podían pasar cosas terribles”, relató. Según contó el ex gobernador de Entre Ríos, compañero de bancada de Kirchner, el diálogo se produjo luego de un encuentro del que participaron otras personas. Antes de que salieran, el representante eclesial les pidió un aparte a ellos dos para decirles “que nos cuidáramos por nuestra seguridad personal porque podían venir tiempos difíciles”.
Ni Busti ni Kirchner dijeron el nombre del “alto dignatario”. Semanas atrás, junto al resto de los integrantes del bloque de justicialistas disidentes, ambos estuvieron reunidos con el titular del Episcopado, monseñor Estanislao Karlic, para discutir el proyecto de reforma política. Fuentes confiables del Episcopado informaron ayer a la noche desconocer toda información sobre el “alto dignatario” mencionado por Busti.
El bloque de senadores disidentes ahora está pensando en la alternativa de iniciar una acción legislativa para que se investigue. “Yo creo que esos organismos, como la SIDE, están para defender los intereses de la Nación, para ver si la Argentina va a haber un atentado, para resguardar la seguridad general de todos los argentinos, pero no para hacer seguimiento de argentinos en función de su manera de pensar”, sostuvo Busti.
La denuncia, que la senadora Kirchner ilustró con la copia de un dossier interno de la SIDE (ver página 3), no cayó nada bien en el Gobierno. El vocero presidencial, Eduardo Amadeo, dijo que se trataba de uno de los “habituales exabruptos de la familia Kirchner” y que se justifican únicamente en que el gobernador de Santa Cruz “tiene muy pocas posibilidades de competir”. Para completar, pidió que los candidatos que se presenten en la próxima elección “por respeto a la gente trabajen sobre proyectos y propuestas”.
Pero Kirchner, y antes también el puntano Adolfo Rodríguez Saá, no fueron los únicos en denunciar seguimientos y la amenaza de un magnicidio. Ayer Luis Zamora no descartó que pudieran atentar contra él ni que sufriera “agresiones desde el poder del Estado” como de parte de “grupos de la población, como nazis o derechistas”. “Esto es lo grave, porque de la gente que está gobernando uno puede esperar cualquier cosa”, dijo el diputado. Si bien aclaró que tiene custodia ni anda con chaleco antibalas, reconoció que en los últimos días comenzó a tomar algunas medidas de seguridad. “Yo me cuido”, respondió Zamora.
“También cuido a mi familia, soy importante para ella, mi familia es importante para mí y soy también parte de un movimiento en el cual cumplo un rol, y el movimiento me cuida a mí también”, explicó.