El apoyo a la candidatura presidencial de Elisa Carrió desató la crisis en el Partido Socialista (PS) y a pesar de los paños fríos con que los bandos enfrentados intentaron bajar la temperatura de la disputa interna, el congreso partidario del 25 y 26 de mayo podría precipitar la ruptura. “El respaldo no significa integrar la Coalición Cívica”, afirmó el presidente del PS, Rubén Giustiniani, y promotor del apoyo a Lilita. “No vamos a fundir al PS en el Frente para la Victoria”, argumentó el secretario general del socialismo, Oscar González, uno de los referentes socialistas que se acercaron al kirchnerismo y que reclaman una revisión de la postura política del PS frente al gobierno nacional. Ambos sectores se adjudican el respaldo del candidato a gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, que diplomáticamente evitó tomar partido en la puja.

“El congreso del partido es el mejor ámbito de discusión para definir los posicionamientos políticos. El Comité Ejecutivo por mayoría planteó llevar adelante el apoyo a la candidatura presidencial de Carrió sin que esto implique, como lo especifica el documento, integrar la Coalición Cívica, aunque esto debe ser ratificado por el Congreso del PS”, aseguró Giustiniani ante Página/12. El senador por Santa Fe insistió en que las posturas encontradas con otros dirigentes partidarios “no significan la posibilidad de una fractura”, mientras preparaba su viaje a Montevideo para asumir como representante argentino en el Parlamento del Mercosur.

Para el heterogéneo grupo de dirigentes que se opone a respaldar la candidatura presidencial de Carrió tampoco fue un domingo común. Volvieron a reunirse ayer por la tarde para analizar si concurrirán al congreso partidario para dar pelea. “No lo hemos determinado todavía. El primer paso es juntar a los distintos compañeros de este espacio abierto para disponer qué hacemos porque hay diferentes opiniones”, confirmó ante este diario el bonaerense Ariel Basteiro, que hace poco se sumó al directorio de Aerolíneas Argentinas por sugerencia del gobierno nacional. “Quiero dejar en claro que no tenemos ánimo rupturista, y en mi caso me van a sacar del PS únicamente con los pies para adelante”, sentenció Basteiro.

Pero la puja se recalienta cuando cada bando esgrime sus definiciones políticas. “El partido ya lo había expresado claramente: ni (Néstor) Kirchner ni (Roberto) Lavagna. Además el respaldo a Carrió es una consecuencia de las alianzas que el partido ha desarrollado en todo el país, incluso en Buenos Aires, donde hay conversaciones con el ARI y la UCR. No hay ninguna provincia donde el PS vaya con el kirchnerismo”, argumentó Giustiniani en referencia a los díscolos dirigentes bonaerenses y porteños que se han acercado al Gobierno.

“Para nosotros el objetivo histórico, casi una muletilla, es la creación de un frente de centroizquierda con las organizaciones sociales y políticas, laico y progresista. Muy lejos de la postura fundamentalista, panrelegiosa, que expresa Carrió, que ha disuelto partidos y hasta desertó del Parlamento”, planteó González a Página/12. Para el secretario general del PS la “opción electoral de este año es fundamental” pero cuestiona “la falta de discusión previa” para el congreso partidario. Basteiro fue mucho más duro: “El sector que plantea el apoyo a Carrió pertenece a la estructura, a la partidocracia, pero no a la base; nosotros representamos la referencia social partidaria y no estamos dispuestos a aceptarla”.

Para Basteiro, la ausencia de Binner en el Comité Ejecutivo que decidió apoyar a Carrió el fin de semana muestra su desacuerdo con la medida. Para Giustiniani “los 300 centros socialistas de Santa Fe aprobaron la decisión”. Pero Binner, que aspira a convertirse en el primer gobernador socialista del país, no emitió opinión sobre la disputa que puede quebrar al PS y se metió de lleno en la campaña electoral santefesina.