“Se va a implantar, y ustedes lo verán en las próximas horas, una campaña sucia contra Cristina” Fernández, advirtió el presidente Néstor Kirchner al referirse a su esposa y candidata para las elecciones de octubre. Relacionó su vaticinio con “los resultados de las encuestas y la potencialidad que tiene como candidata” la Primera Dama con vistas a los próximos comicios presidenciales. Y agregó: “Se van a dar cuenta de la desesperación que tienen”. El jefe de Estado no hizo nombres que identifiquen a los destinatarios de sus acusaciones.

Al encabezar un acto de anuncio de construcción de mil viviendas en el partido de Florencio Varela, Kirchner dijo estar dispuesto a “soportar todo, porque hay lobbies de intereses empresarios muy fuertes que en momentos electorales tratan de presionar para obtener algún rédito o ventaja”. El Presidente afirmó: “Nosotros a ese tipo de presiones no somos susceptibles, vamos a defender los intereses del pueblo para seguir consolidando este proyecto alternativo. No necesitamos explicar mucho para darnos cuenta de lo que hemos avanzando”.

El jefe de Estado rechazó las acusaciones de “hegemonismo, autoritarismo y de querer perpetuarse en el poder” que la oposición expresó por estos días contra el matrimonio Kirchner. “Fíjense que la mayoría de los candidatos de enfrente son los mismos de siempre, parece que por esos lados la renovación no existe o no pueden encontrar nuevos candidatos”, sostuvo. El Presidente hizo esa referencia mientras en San Luis comenzaba la cumbre del peronismo antikirchnerista, que reunió entre otros a los ex presidentes Carlos Menem y Adolfo Rodríguez Saá, en un cónclave que también contó con la presencia de dirigentes lavagnistas y del ex policía Luis Patti (ver página 7).

Al reivindicar la postulación de su esposa, Kirchner señaló que el oficialismo ofrece “una referencia presidencial para profundizar con mucha fuerza el cambio en la Argentina” y dijo que aguardará “con una paciencia, casi oriental, las elecciones del 28 de octubre, para que la buena memoria del pueblo argentino dé vuelta la página de la historia”. Hasta el presente, las alusiones de Kirchner a la candidatura de su mujer se restringían a los elogios y, en especial, a presentarla como referente de la profundización del “cambio”. Ayer, en cambio, se ubicó a la defensiva.