Martes, 24 de julio de 2007 | Hoy
Ayer se repitieron las demoras de hasta dos horas en Aeroparque, sin contar los vuelos suspendidos desde el domingo. Pilotos dicen que no hay radar; las empresas culpan a los controladores y Defensa a las aerolíneas.
Por tercer día consecutivo, en el Aeroparque Jorge Newbery se produjeron demoras en las operaciones, lo que provocó, otra vez, el mal humor de los pasajeros. Anoche, cientos de personas seguían varadas en la estación aérea, esperando la partida de su vuelo. El comandante de Regiones Aéreas, José Antonio Alvarez, hizo responsables por las demoras a las empresas Aerolíneas Argentinas y Austral. “La mayor demanda y la explosión del turismo han provocado retrasos”, dijo Alvarez, aunque aclaró que “no todas las empresas que operan en el aeroparque metropolitano tienen la misma demora”. Puntualizó que el problema afectó, en mayor medida, “a las que tienen la mayor demanda”. En alusión al funcionamiento de los radares, el jefe de Regiones Aéreas sostuvo que, “desde el punto de vista técnico, todo está funcionando normalmente”. Por su parte, Aerolíneas y Austral salieron a responder que las demoras se deben “al control de afluencia y la adjudicación de slots, es decir, al tiempo de separación entre una y otra operación” aérea. En suma, devolvieron la pelota y dijeron que todo se debe “a la programación de vuelos por el control aéreo”. La Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas terció en el conflicto verbal al sostener que sigue habiendo demoras porque “el radar Buenos Aires todavía no funciona”, argumentan, ya que ellos no fueron notificados oficialmente.
Por la razón que fuera, la situación planteada provocó el enojo de los viajeros. En los últimos dos meses, por conflictos gremiales o por problemas técnico-climáticos, las demoras, sobre todo en los vuelos de cabotaje, han generado trastornos de todo tipo. Aerolíneas y Austral insistieron en que “este retraso en la programación trajo como consecuencia que los aviones de la flota MD, que son los que cubren los destinos más alejados en vuelos de cabotaje, recién retornaran del interior al aeroparque metropolitano en las primeras horas” de ayer.
En un comunicado, se dijo que esa situación “modificó la secuencia prevista en la programación de vuelos, ya que las aeronaves deben ser afectadas a una revisión técnica antes de ser puestas en servicio”. La “adjudicación de slots” a la que se hizo referencia es el tiempo de espera entre despegues que son regulados por la torre de control del Aeroparque Jorge Newbery, algo que no depende de la voluntad de las empresas.
“Desde el punto de vista operativo, se trabaja de acuerdo con los parámetros establecidos y si se sufren demoras es por cuestiones específicas de las empresas”, insistió el mayor Alejandro Argañaraz, vocero de la Fuerza Aérea, luego de la réplica de Aerolíneas y Austral. Más tarde, el brigadier José Antonio Alvarez hizo saber que el tráfico aéreo “se fue normalizando notablemente” con el correr de las horas. Estimó que la mayoría de los inconvenientes se debieron “al aluvión turístico” por el inicio de las vacaciones de invierno. En lo que pareció una vuelta atrás de sus primeras apreciaciones, Alvarez consideró que “es lógica la aglomeración en estas circunstancias, sumado a los problemas de sobreventa de pasajes y de material que arrastran las empresas”.
En cambio, Jorge Pérez Tamayo, titular de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), opinó que las demoras se debieron a que el radar Buenos Aires “no está habilitado todavía, porque la Fuerza Aérea no lo publicó en el Notam, donde deben notificarse estos cambios”. Según Pérez Tamayo, “no se lo puede considerar al radar en servicio, por lo que la operatoria manual obliga a los pilotos a exigir diez minutos entre despegue y despegue”. El Notam es la hoja de vuelo que reciben los pilotos antes de partir, con las novedades del servicio.
El Ministerio de Defensa, por su parte, replicó que el radar funciona y que el problema está dado por “la falta de disponibilidad de aeronaves” por parte de las empresas. Habló de “sobreventa de pasajes” y del “alto crecimiento coyuntural, de temporada”, en algunos aeropuertos pequeños “de alto interés turístico” en la temporada invernal.
Defensa insistió en que “los radares primario y secundario del Aeropuerto de Ezeiza están funcionando de manera normal”. Un vocero de las compañías aéreas confirmó que las demoras fueron de “media hora” para vuelos de Aerolíneas Argentinas y de “entre hora y media y dos horas” para servicios de Austral. A pesar de los problemas, “no hubo cancelaciones”. Se reprogramaron seis vuelos y esperaron su partida, hasta después de las 18, unos veinte servicios.
Los pasajeros comentaron que vuelos que debían salir a las 19.10 fueron reprogramados a partir de las 21.20. De todos modos, los mayores inconvenientes se produjeron por la mañana, cuando sólo dos vuelos partieron en los horarios previstos. Otros, entre ellos uno con destino a Iguazú, estuvieron demorados desde el domingo por la noche. Recién salieron ayer por la tarde. Los inconvenientes comenzaron en la madrugada del domingo, cuando un grupo de pasajeros que esperaron 14 horas en el primer piso de Aeroparque provocaron daños en los mostradores, luego de ser informados acerca de la cancelación de los vuelos a San Carlos de Bariloche y El Calafate.
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