EL PAíS › ATACARON LA CASA DE UN TESTIGO DE LA REPRESION DE AVELLANEDA
Amenazas a los testigos piqueteros
En lo que ya aparece como un patrón de seguimientos, llamadas y aprietes, dos hombres armados rompieron la casa de un piquetero en el barrio La Fe. Ya le habían hecho seguimientos.
Por Laura Vales
Dos hombres armados llegaron al barrio La Fe buscando a Isidro Benítez, testigo de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Atacaron la modesta casa del piquetero, intentaron forzar la puerta de entrada y al no conseguirlo destruyeron una de las paredes de chapa de la vivienda. El desocupado no estaba en el lugar. El episodio no fue aislado: pocos días antes, Benítez había sido seguido desde el colegio donde estudia hasta la casa de sus padres por un auto desde el que le tomaron fotografías.
Benítez fue uno de los piqueteros que presenciaron lo que ocurrió en el hall de la estación de trenes de Avellaneda el 26 de junio, cuando la Policía Bonaerense disparó contra Darío Santillán. En los días siguientes a la represión, en declaraciones que fueron ampliamente difundidas, acusó públicamente al comisario Alfredo Fanchiotti de haber disparado contra su compañero.
El militante vive en Lanús, donde está terminando de cursar el polimodal. Unos meses atrás participó junto a Santillán de una toma de tierras fiscales dentro del asentamiento La Fe. En ese lugar ahora está levantando una casilla para mudarse con su mujer y sus hijos.
El viernes 16, al salir de la Escuela Media Nº 12, donde estudia, notó que un coche blanco lo seguía. Decidió tomar un colectivo hasta la casa de su madre y una vez arriba pensó que había perdido a sus seguidores, pero al llegar a destino volvió a encontrarlos, estacionados a pocos metros de la puerta de entrada. Desde el interior del vehículo dos desconocidos le tomaron fotografías. La intimidación fue denunciada en la fiscalía de Juan José Vaello, donde quedó registrada en el marco de la causa 348.335.
Un segundo episodio intimidatorio ocurrió el domingo de la semana pasada, en vísperas de que se cumplieran dos meses de la represión, cuando dos sujetos armados aparecieron en el asentamiento, de noche, entre las doce y media y la una de la mañana. Según el relato de los vecinos de La Fe, los visitantes estacionaron un auto a 100 metros del terreno de Isidro Benítez y desde allí caminaron hasta la casilla que el piquetero está levantando, que en ese momento se encontraba vacía. Patearon la puerta cerrada con cadena y candado; finalmente rompieron la pared posterior.
“Escuché ruidos y me asomé a ver qué pasaba”, dijo a Página/12 uno de los vecinos, que vive a pocos metros de allí y pidió que no se mencionara su nombre. “Vi que eran dos hombres, los dos armados. La familia que vive del otro lado también sintió los golpes, por lo que prendió la luz.” Los desconocidos les preguntaron sobre el militante y después se retiraron.
Distintos testigos de la represión e integrantes de la Coordinadora Aníbal Verón, a la que pertenecían Santillán y Kosteki, vienen denunciando una sucesión de seguimientos y hechos de violencia que, como éstos, son realizados con evidente ostentación y el objetivo de amedrentar.
En el barrio La Fe, en las últimas semanas también otros piqueteros han sido amenazados. Carlos Leiva, quien aportó datos sobre la represión en la causa judicial, denunció que fue seguido por un Siena gris sin patente el día anterior a que debiera declarar en la fiscalía. Otras dos militantes de la Verón, que todavía no han decidido presentar la denuncia a la Justicia, refirieron que fueron amenazadas desde automóviles sin chapa cuando salían de La Fe. A una de ellas le tiraron el vehículo encima.
Las amenazas contra desocupados y testigos ocasionales comenzaron el día después de las muertes de Santillán y Kosteki, cuando los comerciantes de la estación Avellaneda fueron visitados por personas de civil que les advirtieron sobre el peligro de declarar. “Vos no viste nada porque tenías los ojos irritados por los gases”, le dijeron a una de las empleadas del lugar. El sábado 29 de junio, Sergio Kowalewsky, fotógrafo que captó imágenes del asesinato en la estación, recibió una intimidación en su teléfono particular. A principios de julio fue amenazado de muerte elabogado Claudio Pandolfi, y unos días más tarde la madre de Mariano Benítez, uno de los jóvenes baleados en el local del Partido Comunista, fue interceptada cerca de su casa por un sujeto que le recomendó que su hijo “se ponga a estudiar y se deje de romper las pelotas”. El 23 de julio Victoria Delboy, de la Aníbal Verón en Guernica, fue perseguida por un Peugeot 504 sin matrícula. Episodios similares fueron relatados a este diario en Solano. El temor a sufrir represalias y la desprotección judicial provocan que muchas de las víctimas prefieran no denunciarlo.