EL PAíS • SUBNOTA › ADEMáS DE LA ESCASEZ DE ALIMENTOS, COMERCIANTES, PRODUCTORES Y TRABAJADORES PADECEN LOS EFECTOS DEL LOCKOUT
Para los consumidores conseguir carne es una odisea, mientras que sigue habiendo dificultades con la provisión de pollo, verduras y frutas. En cambio, desde ayer empezaron a restablecerse los envíos de lácteos. Complicaciones con la cadena de pagos.
› Por Tomás Lukin
Tres semanas de lockout bastaron para generar graves problemas de abastecimiento de alimentos en gran parte del país. La situación en las provincias es cada vez más crítica; los proovedores están entregando menos del 50 por ciento de las cantidades habituales y los precios suben. La flexibilización de varios cortes de ruta permitió que algunas empresas pudieran enviar sus productos al mercado, pero la falta de carne –roja y blanca– sigue siendo casi total. La mayoría de los sectores sienten cercano el fin del bloqueo y ya comienzan a evaluar los problemas que surgirán en las cadenas de pago.
La carne sigue sin llegar a Liniers. La Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca) informó que se faenaron poco más de cinco mil cabezas de ganado, cifra cuatro veces mayor que el promedio de la semana pasada, pero muy inferior a las más de 30 mil cabezas diarias que se faenaban antes del lockout. Los frigoríficos fueron parte de la reunión que tuvo el sector agroindustrial con el ministro de Economía, Martín Lousteau (ver aparte), y reclamaron al Gobierno un diferimiento en los vencimientos de los impuestos. En Santa Fe se está barajando la posibilidad de establecer un plan de pagos para el suministro de energía eléctrica. Los frigoríficos presionan con el argumento de que si no obtienen estos subsidios deberán recortar por un costado más sensible, como los trabajadores.
Desde el sector supermercadista, tanto hipermercados como minimercados comentaron a Página/12 que algunos establecimientos tuvieron algo de carne, pero a grandes rasgos sigue faltando, y en lácteos hay poca variedad, pero leche en sachet tenemos. Como había anticipado este diario ayer, la poca carne que llegó a los supermercados estuvo en Coto. Por su parte, Jumbo y Wal Mart tuvieron algunos productos congelados y hubo pollo y cerdo en otras cadenas más pequeñas. Sin embargo, la provisión continúa lejos de ser suficiente para abastecer al mercado interno. Los supermercados chinos siguen igual que anteayer: “No hay carne y falta variedad de lácteos, aunque la provisión de los derivados de la leche se descomprimió”, remarcaron a este diario desde la cámara que nuclea a estos establecimientos.
En SanCor apuntaron que durante el día de ayer todo el sector lácteo pudo remitir mercadería: “Sacamos todo al mercado, cada camión disponible salió a las rutas y circulamos con algún grado de libertad”, dijeron. “El principal inconveniente que tuvimos –agregaron– fue con los camiones que se dirigían al Norte, por la mañana no los dejaron pasar.” Además, sostuvieron que, “de continuar esta situación, la variedad de productos deberá reaparecer durante la próxima semana, pero en plazas como Neuquén el reabastecimiento total tardará un poco más por la distancia”. En los días más duros de los cortes las empresas tuvieron que concentrar su producción en bienes almacenables como quesos duros y semiduros o leches, en detrimento de la variedad de su oferta. Si bien las empresas son optimistas, advierten que “nada garantiza que esto se mantenga”.
En el sector lechero la normalidad pegará fuerte a los productores. Las usinas sostienen que el lockout les generó una pérdida de facturación diaria cercana al 40 por ciento del total y, por lo tanto, se atrasarán los pagos a proovedores. “El productor pretende que la leche entre a la fábrica y después paran el camión y además quieren que le paguemos, pero en marzo no se podrá pagar toda la leche junta”, señaló a Página/12 una fuente industrial.
El Mercado Central de Buenos Aires fue otro de los centros de distribución que consiguió un pequeño respiro para algunos productos. Durante la jornada de ayer entraron papa y verdura de hoja que habían estado faltando y el tomate lentamente retorna a sus niveles habituales. Sin embargo, la mercadería que proviene de las provincias del Norte no está pudiendo sortear los cortes dificultando el abastecimiento de cebolla, limón, naranja, pomelo y zapallitos, entre otros.
El desabastecimiento también alcanzó a la soja. Si bien –como sostienen los productores– menos del cinco por ciento de la oleaginosa se utiliza en el mercado interno, los que están preocupados por la falta del producto son los importadores asiáticos. Treinta buques que deberían trasladar cerca de un millón de toneladas de soja con destino oriental se encuentran varados en puertos santafesinos. China y los países del sudeste asiático son los principales consumidores de soja y sus derivados que se producen en el país. Por el momento, estos importadores se limitaron a llamar a sus proveedores para informarse acerca de la situación, pero advirtieron la posibilidad de que pueden cancelarse algunas operaciones ya concretadas.
En total ascienden a 70 las tripulaciones de todo el mundo que están haciendo turismo por las ciudades portuarias a la espera de la carga sojera y de otros granos. Por su parte, el secretario general de la Federación de Estibadores Portuarios Argentinos, Juan Corvalán, indicó que “más de 20 puertos cerealeros están parados y no nos están pagando nuestros jornales”.
El ministro de Economía, Martín Lousteau, defendió ayer el último paquete de medidas con las que se trató de contentar al campo y remarcó que éstas trascienden la aplicación de retenciones móviles sobre la soja y el girasol. “Las medidas de ayer (por el lunes) al pequeño productor lo dejan claramente mejor que antes. La alícuota con el reintegro nuevo en todo lo que es la zona pampeana queda en 35 por ciento; en todo lo que es Chaco y Formosa queda en 29,4 por ciento; en Tucumán y Santiago del Estero 27,9 por ciento; en Salta, Jujuy y Catamarca 26,4 por ciento”, precisó el ministro en declaraciones televisivas. El paquete contempló el reintegro automático del incremento adicional de retenciones a pequeños productores, la compensación del costo diferencial por flete para el Noroeste y Noreste, la reapertura del registro de exportaciones de trigo y créditos blandos del Banco Nación a cinco años y tasa fija bonificada. “No es un elemento menor que estemos discutiendo otra vez el tema de la compensación del costo del flete que se había suprimido en 1991”, destacó el titular del Palacio de Hacienda, para quien “siempre estuvo claro a quién quería beneficiar el Gobierno”, en alusión al pequeño productor.
Los cortes de rutas en todo el país provocaron daños económicos en actividades diversas. Productores de cítricos admitieron ayer que la extensión del conflicto “se tornó dañina” para el sector, pese a su apoyo al lockout. “Hoy es contraproducente, porque estamos en una situación en la que gran parte de la producción se pierde”, indicó Néstor Mover, presidente de la Federación Entrerriana del Citrus. “Gran parte de la fruta cosechada permanece en el país sin poder ser exportada. Cada día que pasa crece más la desesperación por hacer que esa mercadería llegue al puerto”, admitió.
También aludió “al grave problema de los trabajadores, dado que al estar todo frenado, no se genera mano de obra. Qué hace esta gente, qué le lleva a su familia”, cuestionó, al reconocer que “esta situación nos ha desbordado”.
Por su parte, la Federación de Entidades Empresarias de Autotransporte de Cargas (Fadeeac) alertó por la situación del sector. Los piquetes impiden a los camiones llegar a destino. “Desde hace dos semanas que no se puede entregar mercaderías”, señaló. Esto genera “un quebranto económico, al seguir soportando los costos de explotación sin tener ingresos”, protestaron.
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