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El presidente venezolano, Hugo Chávez, sorprendió ayer al afirmar que Argentina, Brasil y Venezuela elevaron a 4000 millones de dólares cada uno su aporte inicial para la constitución del Banco del Sur. En las reuniones técnicas, previas a la firma del acta fundacional, los principales socios habían evaluado realizar un aporte de entre 3000 y 5000 millones de dólares cada uno que, en el caso argentino, saldría de las reservas. Sin embargo, el Banco Central manifestó una férrea oposición a esa alternativa en el actual contexto de crisis financiera internacional y finalmente se decidió poner sólo 2000 millones. De hecho, en el documento oficial que circuló el sábado en la II Cumbre ASA, realizada en Venezuela, figura “sólo” ese aporte por parte de cada uno de los tres principales socios. Por lo tanto, los 4000 millones serían sólo un respaldo potencial ante una eventualidad.

Si no se maneja ese carácter potencial del aporte, los números que presentó Chávez no cierran. Siguiendo su razonamiento, los tres principales socios aportarían 12.000 millones de dólares en conjunto y los otros cuatro países que firmaron el acta constitutiva del banco (Bolivia, Ecuador, Paraguay y Uruguay) el resto, hasta completar los 20.000 millones de aporte global, dato que también fue resaltado por Chávez.

El problema es que si a los 20.000 millones se le restan los 12.000 de Argentina, Brasil y Venezuela, los otros cuatro socios tendrían que poner 8000 millones de dólares en conjunto, algo muy difícil de creer al ver la situación en que se encuentran. De hecho, el acuerdo inicial era que Uruguay pusiera 400 millones, Ecuador otros 400, Paraguay 100 y Bolivia 100 millones. Eso suma 1000 millones de dólares que, siempre según Chávez, se habrían elevado a 8000 millones. En verdad, el aporte efectivo de los siete socios será de 7000 millones, tal como estaba previsto, y los 20.000 millones son sólo los recursos autorizados a gastar.

Más allá del monto, lo importante es que el Banco del Sur quedó finalmente constituido luego de varios años de negociación y eso les otorgará a los gobiernos de la región mayor fortaleza para seguir manteniendo distancia del Fondo Monetario Internacional. El objetivo del banco es financiar proyectos de desarrollo en sectores clave de la economía para mejorar la competitividad y combatir la pobreza y la exclusión social. Podrán acudir a la institución los distintos Estados o empresas con previo aval de los Estados.

En las negociaciones se descartó que la entidad opere como un prestamista de última instancia, al estilo del FMI, pero si los proyectos de infraestructura se pueden empezar a financiar con el dinero proveniente del Banco del Sur, entonces los gobiernos podrán disponer de mayores recursos propios para afrontar su deuda financiera sin tener que volver a depender de los préstamos del organismo multilateral.

El Banco del Sur es una idea original de Hugo Chávez. En agosto de 2004, propuso la conformación de una entidad financiera regional para “dejar de depositar nuestras reservas en los bancos del Norte”. Su intención es que esta institución constituya uno de los pilares de la integración. El proyecto contó con la adhesión inicial de Argentina, luego se sumaron Ecuador y Bolivia y finalmente Brasil, Paraguay y Uruguay. La intención es ir sumando a otros países integrantes de la Unasur.