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El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, se queja a menudo de que no le alcanza el dinero para realizar las obras que pretendería. Y de que la Nación no invirtió un solo peso en la ciudad para infraestructura. Una lista de emprendimientos del Ministerio de Desarrollo Urbano que conduce el arquitecto Daniel Chaín, aquellos en los que la administración del PRO pagó anticipos financieros y por materiales, permite señalar que la mayoría de las obras así concebidas se realizaron en las zonas más desarrolladas de Buenos Aires. El norte rico, desde el centro hasta los barrios de Recoleta y Belgrano.

Basándose en dos ideas propias, los Oasis Urbanos y el programa Prioridad Peatón, el gobierno se dedicó a maquillar la ciudad allí donde quizá no hacía tanta falta. Por ejemplo, hizo trabajos en Las Cañitas, sobre la calle Báez entre el boulevard Chenaut y Clay, en Recoleta y en Olleros entre Avenida del Libertador y Luis María Campos, además de la plazoleta Pío Rodríguez, en Ecuador, entre Mansilla y Charcas.

En el marco de lo que llama Prioridad Peatón, adjudicó obras en el centro y San Telmo, como las de Rivadavia e Hipólito Yrigoyen entre Carlos Pellegrini y Bolívar, en Balcarce desde la Avenida Belgrano a Independencia, en Reconquista entre Corrientes y Rivadavia y en las postergadas obras de la calle Defensa, en el casco histórico de la ciudad.

Bajo las condiciones de anticipos de financiamiento o pago de materiales hasta un 25 por ciento, la zona sur de Buenos Aires no recibió el mismo trato. Apenas el Oasis Urbano de avenida Iriarte entre Vieytes y Santa Magdalena en Barracas, o el de Alvar Núñez e Irala y Arnaldo D’Espósito en La Boca.