EL PAíS • SUBNOTA › COMO ADELANTO PáGINA/12, LAS BALAS QUE MATARON A DOS DE LAS VíCTIMAS PUEDEN SER POLICIALES O “TUMBERAS”
El primer paso será la indagatoria de Julio Capella, quien fue filmado apuntando con un arma de mano. También se investiga la desocupación violenta del predio por la Federal y la actuación de una patota desde el jueves.
› Por Emilio Ruchansky
La investigación por el asesinato de tres personas y las peleas campales de vecinos, patotas y barrabravas contra ocupantes del Parque Indoamericano, ocurridas el jueves y viernes pasado, tendrá su primer indagado: Julio Capella. “Mañana a más tardar”, aseguró Rodrigo González, el abogado defensor, deberán presentarse ante el juez de instrucción Eliseo Otero, quien podría imputarle “abuso de armas” o “portación ilegítima de arma para uso civil”. “En ningún caso la acusación puede ser por homicidio simple, la tercera muerte ocurrió a más 800 metros de la pelea”, dijo González. Sobre los dos primeros homicidios, ayer, el ministro de Justicia, Julio Alak, informó que, como había adelantado Página/12, se trató de proyectiles calibre 12 milímetros, que bien pueden partir de una escopeta policial o de una arma casera o “tumbera”.
“La célula de notificación me está por llegar, ya me habían preguntado desde el juzgado si no tenía problemas en recibir la citación, un día antes de la declaración, y no los tenemos. Estamos preparadísimos”, dijo el defensor del Cabezón Capella, como lo conocen en la cancha de Huracán. Capella es un ex jugador, que pertenece a la junta electoral de Sutecba, el Sindicato Unico de Trabajadores del Estado porteño. Se lo vio en la televisión alzando un arma en medio de los enfrentamientos del jueves pasado sobre la avenida Castañares.
“La figura de tentativa de homicidio cuadra cuando alguien dispara a otro con el dolo (la intención) de dar muerte a alguien sin lograr el resultado. No es el caso. Nosotros sostenemos que no disparó. Capella no está registrado para portar un arma, es posible que le imputen portación ilegal de arma de uso civil, que no es lo mismo que de guerra, que complicaría la excarcelación”, explicó el abogado defensor. La indagatoria a Capella, que no tiene antecedentes penales, fue ordenada a pedido del propio imputado, luego de que su nombre trascendiera en la prensa.
Por el momento, el juez Otero no llamó a indagatoria a Alejandro Pastore, otra persona ligada a Sutecba, que apareció en varias fotografías guardando un arma en la cintura. La sospecha de una patota sindical-futbolera, que operó en la zona desde el jueves pasado, se extiende al presunto barrabrava de River Plate Ricardo Gerino, a quien algunos testigos le atribuyen haber arrojado piedras en la trifulca, aunque esto no es delito, como señalaban fuentes judiciales ayer, “salvo que se demuestre que los impactos causaron daño a personas o cosas”.
La investigación por la pelea del jueves, en la que participaron Capella y Pastore, recayó sobre Andrea Giudice de la Fiscalía en lo Correccional 14 por tratarse de lesiones leves. La fiscal Sandra Abraldes trabaja sobre los dos primeros asesinatos, el de Bernardo Salgueiro, de 22 años, y el de Rosemary Churapuña, de 28, ocurridos el martes de la semana pasada y el acontecido el jueves, después de la pelea, cuando, según consta en los testimonios recogidos por esa fiscalía, “apareció una patota armada en la toma, disparó y mató a Juan Quispe”. Allí también llevan la causa por el balazo que recibió un prefecto el domingo pasado, tras una supuesta protesta vecinal.
Ayer, tras conocerse el peritaje sobre los dos primeros cuerpos –Alak aclaró que falta aún terminar la pericia balística sobre Quispe–, fuentes de la investigación contaron a este diario que se descartó revisar las armas de la Policía Federal y Metropolitana, involucradas en la represión, “porque los peritos de Gendarmería dijeron que iba a dar siempre positivo para plomo porque la base de los cartuchos de balas de goma es metal”. Por eso, lo que se está periciando son los cartuchos vacíos recogidos en los alrededores del puente Escalada.
“La información está muy dispersa. Nos concentramos por ahora en las dos primeras muertes, básicamente porque queremos recoger todas la pruebas que se puedan escapar. Lo mismo con la tercera muerte, en la que estarían involucradas las patotas. Obviamente, contamos con material que sirve para identificar a algunas de las personas que estaban en las patotas armadas durante los enfrentamientos en los que no hubo muertos, pero no es la prioridad en la investigación”, explicó la fuente consultada.
De momento, no hay indicios que vinculen a las patotas con la represión brutal ocurrida el martes de la semana pasada, en la que murieron dos personas durante “un operativo valioso y prolijo”, según el ministro de Espacio Público, Diego Santilli. La causa que lleva el juez Otero apenas supera las 30 páginas. La entrada de los peritos de Gendarmería resultó clave, según las propias fuentes judiciales, para terminar con las primeras versiones policiales de que las armas utilizadas para asesinar eran, sí o sí, “de un calibre chico, de fabricación casera”.
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