El fin de la ocupación en el Parque Indoamericano dio pie ayer para un nuevo cruce entre el oficialismo y el ex presidente Eduardo Duhalde. El ministro del Interior, Florencio Randazzo, aseguró que detrás del conflicto hubo “una intencionalidad manifiesta de generar un clima de zozobra y de inestabilidad” para perjudicar al Gobierno. Su denuncia fue acompañada por el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, quien volvió a acusar a Duhalde y a “desestabilizadores” de instigar a las tomas. Duhalde salió al cruce y, sin falsas modestias, asoció las afirmaciones al supuesto crecimiento de su figura. Además, aseguró que durante su gobierno no hubo “ni un herido” por las fuerzas de seguridad nacionales.

“Logramos desactivar el conflicto y creo que el saldo ha sido muy bueno”, destacó Randazzo, en referencia al acuerdo entre los gobiernos nacional y porteño de ofrecer un plan de viviendas financiado en partes iguales. “Hay que celebrar que se logró un acuerdo y permitió que hoy se desalojara el parque. Nosotros dijimos desde el primer momento que rechazábamos la ocupación del espacio público, pero también que esto se resolvía con paciencia, serenidad y responsabilidad”, agregó el ministro.

De acuerdo con el funcionario, la respuesta se demoró por las “posiciones diferentes” entre ambos gobiernos respecto de cómo se encaraba el conflicto. “Siempre dijimos que esto no se resolvía con más policías porque eso generaba más violencia, pero (Mauricio) Macri planteaba la necesidad de mayores fuerzas policiales”, recordó. Además, dijo que hubo una intención explícita de crear “un clima de inestabilidad, y si hay alguien a quien perjudica esto es al gobierno nacional”. En el mismo sentido, Fernández destacó “el cambio de actitud” mostrado por los dirigentes de la Ciudad durante la última reunión, que arrancaron “pidiendo más fuerzas de seguridad para desalojar, lo que sólo trajo violencia y muertos, para después avenirse a nuestro análisis”.

Las declaraciones de los ministros tuvieron lugar un día después de que la presidenta Cristina Kirchner vinculara a Eduardo Duhalde con los incidentes. Durante un acto, la mandataria había asegurado que la situación en el sur de la Ciudad “no se desmadró, se apadrinó”. Fue una referencia al pedido que formulara el ex presidente desde Estados Unidos, donde reclamó que las autoridades pusieran “orden”, una sugerencia que después acompañó con la advertencia de que el país se encontraba viviendo un “clima pre-anárquico”.

Ayer, Duhalde salió a contestarle al oficialismo. “Van a poner nuevamente en marcha la teoría del complot y me van a seguir atacando porque voy a ser candidato a presidente de la República”, lanzó. El ex senador, que según los últimos sondeos no alcanza el 10 por ciento de intención de voto, dijo que “nunca expresé nada violento, por el contrario”.

El lomense reivindicó su accionar frente a las protestas sociales cuando le tocó conducir el Ejecutivo. “Me jacto de algo: me tocó el momento más difícil de la historia argentina y con fuerzas nacionales no hubo siquiera un herido en la Argentina”, dijo. En efecto, los asesinatos de los piqueteros Maximiliano Kosteki y Darío Santillán que terminaron forzando su salida anticipada del gobierno fueron obra de la Policía Bonaerense, aunque las organizaciones sociales presentes en la llamada “masacre de Avellaneda” indican que fue Duhalde quien dio la orden de reprimir. “Yo tengo claro cómo se pacifica y cómo se ordena”, resumió el precandidato del peronismo disidente.

Horas más tarde, la senadora Hilda González respaldó a su esposo y dio una explicación casi idéntica a la del bonaerense. “Le dan importancia a la figura de Duhalde porque va a ser candidato”, aseguró Chiche, quien agregó: “Esta película la vimos muchas veces durante largos años”. De acuerdo con González, “cuando él (Duhalde) pide orden y pacificación es una palabra que los asusta porque cuando habla de orden lo interpretan como represión. No sé qué conflicto ideológico tienen, porque todos los países imponen orden”, sentenció.