EL PAíS › JORNADA INTERNACIONAL EN RECLAMO DE LA PAZ
Un mandato de Porto Alegre
No hubo participante del Foro Social Mundial de Porto Alegre que no condenara la posible guerra contra Irak. “Voy a decir en Davos que el mundo no necesita guerra, que el mundo necesita paz”, había adelantado Luiz Inácio Lula da Silva a la multitud que fue a escuchar su testimonio. Palabras más, palabras menos, esos fueron los términos con los que los miembros de las organizaciones sociales que reclaman una globalización distinta de la neoliberal repudiaron la aventura militar de los Estados Unidos y de su aliado de hierro, el premier británico Tony Blair. Para que el reclamo fuera tan redondo como el planeta, se resolvió realizar una jornada internacional de movilización contra la guerra. Los comités locales definirían las características que esa manifestación tendrá en cada país. Aunque para el comité argentino el tema comienza recién a discutirse, las primeras ideas contemplan una concentración para el próximo viernes 14 de febrero.
El primer desafío a vencer por parte de las agrupaciones argentinas que participan del FSM es la realización de una protesta única. Algo sencillo en cualquier parte del mundo, pero una verdadera hazaña para los grupos locales. Además de quienes se congregan en la Autoconvocatoria Argentina contra el ALCA, de esta iniciativa también participa la mayoría de los organismos defensores de los derechos humanos, la Central de Trabajadores Argentinos junto a varias organizaciones que también intervienen en ella pero que suelen moverse con cierto grado de autonomía, como Barrios de Pie, nucleamientos del movimiento cooperativo y de las pequeñas y medianas empresas, así como varios agrupamientos de intelectuales argentinos.
“Otro mundo es posible, si participamos y tenemos el coraje de organizarnos para oponernos a la guerra y construir la paz. Reclamar a la ONU que adopte decisiones concretas para evitar que arrastren a los pueblos a otro conflicto bélico con consecuencias imprevisibles, que pone en riesgo la vida de millones de personas y de toda la humanidad. Este organismo internacional debe actuar con coraje para impedir la guerra”, señaló el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel.
La definición del titular del Servicio Paz y Justicia está en una misiva en la que el pacifista argentino está difundiendo las jornadas de rechazo contra la guerra contra Irak. “La batalla que los pueblos debemos librar es contra la bomba silenciosa del hambre, que mata más que las guerras, contra la exclusión social y la pobreza”, concluye Pérez Esquivel.
Aunque todavía quedan muchas reuniones y debates de por medio, hasta el momento se contemplaba que el repudio a la guerra finalizará frente a la embajada norteamericana en Palermo, una vez que se haya recorrido el tramo que va desde Plaza Italia hasta la sede de la embajada. El fuerte sentimiento de rechazo que la guerra genera en los argentinos, según consignó una encuesta que Gallup realizó en varios países del mundo, era uno de los motivos que inducía a los organizadores a revisar un recorrido que históricamente quedó reducido para pequeños núcleos de manifestantes.
Jubileo Sur es un nucleamiento creado en 1999 en Johannesburgo y que está integrado por delegaciones de América Latina y el Caribe, Africa, Asia y el Pacífico. En el documento final con el que cerraron las deliberaciones de Porto Alegre, Jubileo Sur sostiene que “el siglo XXI no puede ser el de la guerra infinita norteamericana, el pensamiento único neoliberal y la discriminación racial y de género, de dominación transnacional y de la fuerza militar. Hoy la humanidad ha alcanzado valores éticos, elevados conocimientos y logros científicos que nos deben llevar a una nueva etapa histórica de auténtica justicia y humanismo. Responderemos a ese desafío de hacer prevalecer la paz sobre la guerra, la vida sobre la deuda y la dominación extranjera”.