EL PAíS
Chiche Duhalde dio el sí para encabezar la lista de diputados
La primera dama aceptó finalmente el primer lugar para disputar la diputación nacional por la provincia de Buenos Aires. Así apuntalará la candidatura a gobernador de Felipe Solá. La escoltarán Eduardo Camaño y el canciller Carlos Ruckauf.
Por Diego Schurman
Esta vez Chiche Duhalde dijo sí. La primera dama aceptó ser la cabeza de la lista de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires. La decisión fue un bálsamo para el Gobierno, que hace días buscaba desesperadamente la manera de apuntalar la candidatura a gobernador de Felipe Solá.
Chiche tomó la decisión en un reciente encuentro con su marido, el presidente Eduardo Duhalde, y funcionarios de primera línea de la Casa Rosada. El aporte de la Coordinadora de Políticas Sociales será activo y simbólico a la vez.
Por un lado, tiene programado participar en los actos de campaña de Solá. En rigor, su debut lo hizo hace dos semanas en Florencio Varela, cuando aún no tenía lugar asignado. Por otro lado, la sola presencia del apellido Duhalde en la boleta parece ser un señuelo para atraer a aquellos duhaldistas de paladar negro –entre ellos varios intendentes– que todavía se muestran reticentes a volcar su respaldo al gobernador. Uno de ellos, que hasta amenazó con competirle a Solá la gobernación, es el presidente de la Cámara de Diputados bonaerense, Osvaldo Mércuri. El compromiso de Duhalde de garantizarle la continuidad en ese cargo logró en las últimas horas terminar con la actitud beligerante del legislador lomense.
Chiche aceptó ser cabeza de diputados luego de haber generado un tembladeral en el PJ provincial, cuando rechazó ser la compañera de fórmula de Solá. Pero la necesidad del gobernador, que se encuentra por debajo de Aldo Rico en las encuestas, pudo más que el disgusto. Por eso, pese al plantón, dejó en manos de la primera dama, quien registra un alta imagen positiva en el distrito, la elección del nombre para el cargo vacante. En buen romance: si Graciela Ginnettasio es hoy candidata a vicegobernadora, es por obra y gracia de Chiche.
La mujer del Presidente y la ministra de Educación no son los únicos miembros del gabinete nacional que tendrán un refugio en la grilla bonaerense, una vez que dejen sus puestos el 25 de mayo.
En el tercer lugar, detrás del presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño, irá Carlos Ruckauf. Si bien presenta alguna resistencia -sobre todo del propio Solá–, Duhalde tiene un compromiso de palabra con el canciller que hará respetar a rajatabla.
A lo que seguramente no accederá el ministro de Relaciones Exteriores es a la presidencia de la Cámara. Esa posibilidad, que según fuentes parlamentarias Ruckauf ambicionaba, está descartada de hecho si el próximo presidente es Carlos Menem, con quien admite una mala relación, y lo mismo sucedería si el ganador fuera Néstor Kirchner, con quien mantiene una relación conflictiva.
Si bien aún no está acordado el orden, entre el cuarto y el sexto puesto de la lista de diputados se acomodarán la ministra de Trabajo, Graciela Camaño, el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, y el diputado José María Díaz Bancalari, un duhaldista todoterreno que aspiraba a ocupar el lugar que finalmente quedó en manos de Giannettasio.
De allí para abajo el armado incluirá al secretario general de la Presidencia, José Pampuro, y los ministros Juan José Alvarez, de Justicia; Aníbal Fernández, de la Producción; Nélida “Chichi” Doga, de Desarrollo Social, y Ginés González García, de Salud. También se está reservando un lugar para el secretario de Hacienda Jorge Sarghini. Varios de estos funcionarios están expectantes sobre la actitud que tomará Kirchner en caso de ganar. Son públicos y notorios los halagos del candidato a Alvarez y González García, lo que se tradujo como la posibilidad cierta de que se mantengan en sus cargos pese al indefectible cambio de Gobierno.
Roberto Lavagna es otro de los funcionarios que Kirchner no dejó de endulzar. Al ministro de Economía, que en algún momento se daba comoseguro compañero de fórmula del santacruceño, ahora lo mencionan con mucho ahínco para ocupar el cargo de canciller.
En cambio, comenzaron a devaluar la posibilidad de hacerlo pelear por la Jefatura de Gobierno porteño. La capital expone con toda la crudeza la interna de la Casa Rosada. El factótum de la pretendida lista de unidad es Miguel Angel Toma, y cuenta con el aval de Jorge Matzkin. Kirchner no oculta su encono con el titular de la Side y el ministro del Interior, a quienes acusó de socavar su candidatura presidencial.
Ahora que Daniel Scioli dejó en banda a Toma y Matzkin para ser vice de Kirchner, las declaraciones contra esos ministros se hacen cada vez con menos disimulo. Ayer un duhaldista de la primera hora calificó la lista que venció en la Capital como “un tren fantasma” que se quedó sin su maquinista. De ello se desprende no sólo que Lavagna no reemplazará a Scioli como candidato a jefe de Gobierno en la lista del PJ porteño, sino que directamente la Casa Rosada no avalará al resto de la boleta consagrada el último fin de semana por los justicialistas capitalinos.
¿Quién será entonces el candidato del Gobierno en la Ciudad de Buenos Aires? Por ahora el duhaldismo pretende apostar a lo seguro: envía emisarios a conversar con Aníbal Ibarra, quien busca su reelección como jefe del distrito, y simultáneamente hace lo propio con Mauricio Macri, quien aparece al frente de algunas encuestas.
Ibarra nunca ocultó su simpatía con los Kirchner y Macri no reniega de sus lazos con el peronismo. Cerca de él merodean varios menemistas –el sindicalista petrolero Antonio Cassia entre otros–, pero el duhaldismo podría acercarle una mejor oferta. Seguramente, del resultado de la elección nacional dependerá el final de las negociaciones.