EL PAíS › CRITICAS DEL “NEW YORK TIMES”
“En cámara lenta”
Por Raúl Kollmann
“La Justicia argentina en cámara lenta.” Con ese título, The New York Times, tal vez el diario más influyente del mundo, publicó ayer un agrio editorial en el que critica el último fallo del juez Juan José Galeano y también al ex presidente Carlos Menem y al actual, Eduardo Duhalde. La frase final tal vez lo resuma: “Duhalde y Menem son ahora amargos rivales políticos, pero lamentablemente tienen un rasgo común, su poca disposición a perseguir al terrorismo hasta sus raíces”.
El punto medular de la nota es, sin embargo, la decisión del juez Galeano de no imputar a Irán sino a cuatro funcionarios iraníes de segunda línea. “Los dirigentes de Teherán de mayor nivel no fueron acusados, pese a que las órdenes de captura se basaron en las investigaciones argentinas y en el testimonio de un arrepentido iraní, Abdolghassem Mesbahi. Este hombre dijo que los ataques contra la AMIA y la Embajada de Israel fueron planeados personalmente por el máximo líder de Teherán, Ayatolah Khamenei, y quien fuera entonces presidente, Hashemi Rafsanjani.”
De Menem dice esencialmente el NYT que durante su gobierno se hizo poco y nada por esclarecer los atentados. A Duhalde le echa en cara que se distanció de las órdenes de captura señalando que vienen de la Justicia. El NYT concluye que no han exhibido vocación por la lucha antiterrorista.
En verdad, el Times desde hace tiempo le viene dando mucha credibilidad al testigo C, Mesbahi, pese a que éste –como otros muchos arrepentidos– nunca dio datos comprobables sobre los dos atentados. Por ejemplo, señaló que el ataque contra la AMIA fue decidido el 18 de agosto de 1993 en una reunión del máximo nivel de los líderes iraníes. Ese dato nunca pudo comprobarse realmente, por lo que Galeano terminó sugiriendo que “se trata de información de inteligencia, que sirve como tal, pero no para un proceso judicial en el que se requieren pruebas”. Quienes sostienen que las acusaciones contra Irán son falsas alegan que nunca se acusó al régimen de Teherán de realizar atentados masivos ni se registra ningún ataque del grupo libanés pro-iraní Hezbollah fuera de Medio Oriente.
En lo que sí acierta el NYT es que el fallo de Galeano fue decepcionante. Galeano siempre sostuvo que la mano de obra del atentado fue aportada por Hezbollah, pero ahora no aceptó ninguno de los pedidos de detención contra los integrantes de ese partido. Galeano siempre consideró que el autor intelectual del ataque fue Irán, y ahora acepta sólo cuatro pedidos de detención, señalando que son sólo elementos radicalizados –una especie de outsiders– de Teherán. Y para colmo, agrega que la clave de todo estuvo en una mente diabólica que, entre líneas, sería un argentino al que no identifica. Semejante fallo, en el que de hecho zafan todos, parece pactado con algún enviado de Medio Oriente.
El agrio editorial del NYT pone, con lógica pura, el acento en la lentitud de la Justicia argentina que ha conseguido poco y nada en nueve años. Es cierto, también, que durante ese lapso no hubo queja alguna desde Washington y que mientras se elogiaba a la administración Menem, sólo los familiares de las víctimas pelearon sin concesiones por el esclarecimiento. Tras el 11 de septiembre y ahora, antes de la guerra, las urgencias y los reclamos parecen ser otros.