EL PAíS
El problema es el filtro
Por Irina Hauser
¿El problema proviene de los planes sociales como política? ¿Su cantidad? ¿Su modo de distribución? Los interrogantes dividen posiciones, aun entre los propios desocupados. “En nuestro movimiento hay quienes creemos que los Planes Jefas y Jefes son intrínsecamente perversos. Por eso no los aceptamos como organización, pero respetamos a quienes entre nosotros sí los reciben”, explica Héctor “Toti” Flores, del MTD de La Matanza, y cuenta que muchos vecinos le han relatado situaciones extorsivas. “Nos parece que estos subsidios directamente no constituyen una política asistencial sino de dominación, que siempre conlleva formas de coerción. Que haya subsidios podría ser bueno, pero que no se originen en prácticas políticas propias de una Estado mafioso. El poder que los punteros políticos tienen sobre la gente tiene que ver con ese Estado y el que quiera un subsidio siempre tiene que recurrir a ellos, es imposible la gestión individual”, argumenta. “Nosotros –dice– buscamos salidas encarando emprendimientos autogestivos.” “Estamos al tanto de la utilización clientelista de los planes. De nuestra parte, venimos encontrando problemas especialmente en los bancos, donde faltan pagos. También hay personas a quienes los punteros les piden trabajos personales. La solución, entendemos, pasaría por darle carácter universal al plan. Cualquiera que pueda demostrar que cumple con los requisitos debería recibirlo”, dice Jorge Ceballos, de Barrios de Pie. “Lo que nos molesta es que se trató de vincular este problema al movimiento piquetero, pero nosotros sabemos muy bien que la mayoría de los casos están ligados a manejos de intendentes y gobernadores”, advierte. En relación a ese punto, en los registros de la UFISES, sólo en unos pocos casos sueltos aparecen comprometidos integrantes de organizaciones de desocupados. Ceballos sostiene que cuando el acento aparece puesto en ese punto es porque “el Gobierno está buscando alejarnos de la sociedad porque saben que las organizaciones piqueteras hemos hecho una construcción distinta y que nuestro espíritu no es precisamente reproducir un Estado clientelista”.