Desde Caracas

Minutos antes del mediodía, Cristina Fernández de Kirchner llegó al hotel Euro Building para encontrarse con Dilma Rousseff. Durante una hora y media las presidentas de la Argentina y Brasil analizaron la relación estratégica entre las dos economías más grandes de Sudamérica. “La integración regional se da en el marco de un proceso virtuoso que tenemos que tratar de que no se vea dañado por la crisis global que viene desde afuera, para que sigamos creciendo”, dijo CFK antes de entrar nuevamente al auto y partir rumbo a la inauguración de las deliberaciones de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (Celac). El canciller Héctor Timerman especificó que se creará un Mecanismo de Integración Productiva (MIP) bilateral. Su par brasileño Antonio Patriota precisó que el vínculo bilateral “es una prioridad para ambos en el marco de las relaciones estratégicas” regionales.

Timerman, el designado nuevo embajador en Brasilia, Luis María Kreckler; la ministra de Industria, Débora Giorgi, y los gobernadores José Luis Gioja (San Juan) y José Alperovich (Tucumán) acompañaron a la Presidenta en el encuentro que prefiguró el nuevo mecanismo que se integrará por técnicos de Economía, Comercio, Producción y Cancillería de ambos países. Acosado por la ansiedad de la prensa brasileña y argentina, Patriota remarcó una y otra vez que el diálogo entre las presidentas analizó temas generale, pero no se detuvo en mecanismos específicos ni en la circunstancial asimetría de la balanza comercial que actualmente perjudica a la Argentina. “En otro momento, el déficit era para Brasil”, respondió con la decisión de privilegiar las coincidencias políticas por sobre cualquier problema comercial.

Minutos antes, Timerman había calificado como “muy exitosa” la profundización de la integración regional y remarcó que “cuando crece Brasil, crece Argentina”. A su lado, Giorgi explicó que “en este contexto internacional de derrumbe del crecimiento, estamos articulando y profundizando la relación para priorizar el trabajo y la producción bilateral extendiendo programas para pequeñas y medianas empresas a grandes empresas”. Puso como ejemplo la industria textil, del calzado y autopartistas. “Son sólo ejemplos porque se trata de todo el sector productivo”, explicó Giorgi.

Patriota repitió una y otra vez que “la relación bilateral” es central “en un contexto de crecimiento económico con inclusión social, lo cual anticipa excelentes perspectivas para la región”. El canciller brasileño señaló la necesidad de “pensar de manera innovadora sobre una integración productiva capaz de aprovechar oportunidades”. Durante la próxima reunión del Mercosur, el 20 de diciembre, en Montevideo, Uruguay, los representantes de Brasil y la Argentina seguirán conversando sobre “los nuevos condicionantes”, dijo Patriota.

Los cancilleres realizaron un breve balance por separado ante la prensa poco después de que Cristina Kirchner accediera a responder a un par de preguntas de la televisión brasileña. “Tenemos una visión conjunta de lo que está pasando para lograr que la región tenga un despegue económico y social. Hemos incorporado a millones al consumo y al sector productivo”, dijo mientras cronistas, fotógrafos y camarógrafos se fundían en una masa tratando de ubicarse mejor entre el auto oficial y la celosa custodia venezolana que protegía a CFK con la misma pasión que a Hugo Chávez.