EL PAíS › LOS VOTOS DECISIVOS PARA GANAR LA PRESIDENCIA
La llave maestra bonaerense
En las 14 elecciones presidenciales que han tenido lugar desde 1922, siempre ganó quien consiguió obtener la mayoría de votos en la provincia de Buenos Aires, ratificándose de esta manera la importancia electoral del distrito. Así lo señaló en un trabajo el Centro de Estudios Nueva Mayoría, de Rosendo Fraga. El análisis apunta que la única vez que esto no sucedió fue en 1916, cuando el territorio bonaerense tenía menos votantes que la Capital Federal.
El estudio hace un repaso de los resultados en cada presidencial. En 1983, tras la recuperación democrática, la UCR ganó en 11 distritos mientras que el PJ lo hizo en 13. A partir de entonces los resultados fueron menos parejos. En 1989, cuando el primer gobierno de Menem, el justicialismo quedó en primer lugar en 20 distritos, mientras el radicalismo lo hacía en los cuatro restantes. Con la reelección del ‘95 el PJ ganó 22 de los 24 distritos, mientras que en la última, del ‘99, la Alianza ganó en 21 de los 24.
Como conclusiones, Nueva Mayoría indica que las oportunidades en las que el partido ganador se impuso en la totalidad de las provincias solamente fueron cinco: 1928, 1952, 1958 y las dos de 1973. Agrega que las fuerzas de centroderecha tuvieron históricamente una presencia baja, ya que sólo ganaron en dos veces y en pocos distritos cuando el peronismo y el radicalismo obtuvieron la presidencia. Sobre las fuerzas de centro izquierda Fraga resume que aún han tenido una presencia más baja, ya que no ganaron nunca las presidenciales y sólo lo hicieron a nivel de distrito en casos muy aislados. Incluso cuando el Frepaso obtuvo el segundo lugar, en 1995, quedaron primeras en dos distritos, la Capital Federal y Santa Fe.
La provincia decisiva para la suerte de los presidentes tiene, sin embargo, una ley no escrita por la que sus gobernadores nunca llegan a la Casa Rosada. La sufrieron Antonio Cafiero, Domingo Mercante, Oscar Alende, el conservador Manuel Fresco y el mismísimo Dardo Rocha. En junio del ‘99, la noche de San Juan, un grupo de militantes peronistas organizó un exorcismo en la Plaza Moreno, de La Plata, preocupados porque la maldición se continuara con el entonces gobernador Eduardo Duhalde, que en vistas de lo que ocurrió después, aunque prescindiendo de las urnas, obtuvo sus resultados.