EL PAíS
“Terminamos una etapa”
–¿Por qué decidió indultar a Gorriarán Merlo y a Seineldín?
–Lo pedían los familiares. En el caso de Gorriarán Merlo, la no existencia de la doble vuelta era un motivo válido para cuestionar una reclusión perpetua y porque la etapa de la subversión y la de los militares queriendo imponerse al poder civil se terminó en la Argentina. Hay que terminar con esa etapa. Yo vengo sosteniendo que los calabozos que tenemos hay que usarlos para los otros delincuentes tanto para los de guante blanco, que vaciaron el país y están caminando libremente, como para los comunes. Pero no para gente que con motivaciones ideológicas equivocadas –a mi criterio– por derecha o por izquierda protagonizaron acontecimientos tan viejos.
–Puede ser leído como...
–...absolutamente, tiene todas las lecturas porque el mismo instituto del indulto es criticable. Pero, bueno, es una decisión de los presidentes. Hasta que esté en la Constitución, podemos utilizarlo.
–Estela de Carlotto de Abuelas de Plaza de Mayo criticó esta medida porque termina alimentando el camino de impunidad...
–Sí, bárbaro, yo sé que pasa eso. ¿Usted cree que yo no sé que a mí no me conviene? Pero eso de las conveniencias o inconveniencias le puede interesar a alguien que quiere seguir en política. Yo creo que es justo. Es justo, por eso lo he hecho.
–También se cuestiona la oportunidad.
–¿Y cuándo lo voy a hacer? Tengo hasta el domingo nada más.
–El tema es que parece que hizo un trabajo que le podría pesar a Kirchner...
–No a Kirchner, a cualquiera en el futuro también. La verdad es que esa etapa está totalmente terminada. Ya han pagado bastante. En el caso de Seineldín, está entrando y saliendo. No hay que buscarle muchas más explicaciones porque no las tiene.