“Estoy convencida de que hubo una organización atrás de estos episodios”, aseguró la intendenta de Rosario, Mónica Fein, luego de las jornadas de actos vandálicos y saqueos. Dirigentes políticos y sociales comparten la lectura de que detrás de los hechos existen actores con intencionalidades políticas desestabilizadoras. El dirigente del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, acusó al moyanismo. Desde el radicalismo dijeron que “el Gobierno, a través de la construcción de enemigos, predispone a los jóvenes a la acción violenta”.

Los actos vandálicos que durante la semana tuvieron lugar en distintas ciudades del país han concluido, pero todavía se discute acerca de si hubo o no una organización detrás de ellos. En Rosario se vivió uno de los focos de tensión más altos. La jefa comunal del distrito, Mónica Fein, comunicó que “desde las seis de la tarde de ayer (por el viernes), la ciudad está normalizada”. La mandataria rosarina está “convencida” de “que hubo una organización atrás de estos episodios y que es necesario aclararlos”.

El diputado del Frente para la Victoria Héctor Recalde coincidió en que hubo una organización detrás de los hechos: “Sería ingenuo pensar que fueron espontáneos”. Opinó que “parece una cosa organizada. Una maniobra hecha de celebración de los trágicos hechos del 19 y 20 de diciembre de 2001”. Argumentó que “nadie combate el hambre comiéndose un plasma”. Sin tener en claro la identidad de los autores, aseguró que “evidentemente no son oficialistas”.

La dirigencia de la UCR acusó al oficialismo, cuya política sería “la construcción de enemigos, lo que dispone a miles de jóvenes a la acción violenta” y “la falta de cohesión social”. Reclamaron que el Gobierno “asuma el fracaso de la cuestión social” y “cambie la actitud”.

El dirigente del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, acusó al moyanismo y reflexionó que espera “que no haya sido un decisión orgánica, pero que militantes de ellos participaron, no me cabe la menor duda”. Relató que desde un local de su partido ubicado frente al hipermercado de San Fernando, saqueado el viernes, sus militantes fueron testigos de la llegada de tres micros con personas “que fueron directamente a agredir”.