El presidente de la Conferencia Espiscopal Argentina, José María Arancedo, se refirió a los saqueos y reclamó “más amistad social”. Reflexionó que los actos vandálicos evidencian una “fragilidad social, cultural y política” que atravesaría actualmente nuestra sociedad. El arzobispo consideró que “más allá de las justas diferencias, los argentinos debemos encontrarnos en el marco de pertenencia de una madura amistad social y como miembros de una misma comunidad”. En ese marco, reclamó “generar contextos de encuentro, de respeto y de diálogo, que nos permitan dar respuesta a los verdaderos problemas que hacen al desarrollo integral del hombre”. El presidente de la Pastoral Social, Jorge Lozano, opinó que los saqueos “parecen ser operativos organizados tendientes a instalar el tema del descontrol social”. En la misma línea declaró el obispo de San Carlos de Bariloche, Fernando Maletti, quien apuntó contra “instigadores”. Destacó “las cosas buenas que en materia social se están haciendo desde el Estado”, aunque reconoció: “No estoy en capacidad de hacer un análisis de por qué se produjeron estos hechos ni establecer quiénes los instigaron”. Luego advirtió que deben profundizarse las políticas de inclusión ya que sigue habiendo “miles de jóvenes que hoy están a la deriva y carecen de proyecto de vida”.