EL PAíS
Con la exclusión social y la pobreza en la agenda
Por F. C.
La comitiva argentina tenía dos motivos de festejo pasada la medianoche inglesa, una vez concluidas las deliberaciones de la primera jornada de la Cumbre. Primero, porque se había aceptado la propuesta de Cristina Fernández de Kirchner de incluir en el documento final, que se distribuirá hoy, un pedido para que las Naciones Unidas puedan intervenir cuando la situación de un país esté fuera de cauce no sólo por las razones ya establecidas –genocidio, limpieza étnica o violaciones a los derechos humanos– sino también en caso de pobreza extrema o exclusión social. Segundo, porque Néstor Kirchner tendrá a su cargo el discurso inaugural de la Cumbre, una distinción que le otorgaron los otros 13 jefes de Estado en reconocimiento a la situación atravesada por el país.
La senadora Kirchner fue designada por su marido como su “sherpa”, apodo que le colocaron en la Cumbre al único acompañante de cada jefe de Estado. Los sherpas son los guías nepaleses que acompañan a los alpinistas que intentan ascender al Himalaya. Uno de los temas que buscó instalar Cristina Kirchner anoche, en la sesión de trabajo de sherpas posterior a la cena, fue que existían diferencias importantes entre las agendas de los gobiernos progresistas europeos y las de los gobiernos progresistas del mundo subdesarrollado. Y el concepto había sido corroborado poco antes: durante la cena, los europeos se habían dedicado a ajustar cuentas en su debate sobre la invasión a Irak con una participación prácticamente nula de los presidentes de Latinoamérica.
Durante los dos días que pasaron en Londres, los Kirchner se concentraron en el estudio de las cifras de los catorce países que participan del encuentro de centroizquierda: Inglaterra, Alemania, Canadá, República Checa, Etiopía, Hungría, Nueva Zelanda, Polonia, Rumania, Sudáfrica, Suecia, Chile, Brasil y Argentina. Tomaron los tres más desarrollados –Inglaterra, Alemania y Suecia– y los compararon con los tres latinoamericanos. Cristina Fernández elaboró los siguientes indicadores:
–Tasa de mortalidad infantil: en los latinoamericanos es tres veces mayor.
–Analfabetismo adulto: seis veces mayor
–Brecha entre pobres y ricos: cuatro veces mayor.
–Tasa de pobreza: tres veces mayor.
–Desempleo: 4 veces mayor.
De ahí, concluyó, se deduce la diferencia entre las prioridades de la agenda europea y de la agenda latinoamericana. Por eso propuso que la pobreza y la exclusión social se parangonaran al genocidio cuando la situación de un país se desborde y entre en el análisis de las Naciones Unidas. La propuesta fue aceptada y estará en el documento de unas cuatro carillas que anoche se terminaba de elaborar. Un miembro de la delegación contó que cuando finalizó la intervención de la senadora, el canciller alemán Gerhard Schroeder se paró y fue a saludarla.
Otro tema que apoyó Argentina fue que se reconozca la autoridad de la Corte Penal Internacional para juzgar crímenes contra la humanidad en todo el planeta. Se sabe que Estados Unidos no reconoce a este Tribunal, por lo que Inglaterra, al principio, planteó un posición dura en este punto. Lo acompañaban Polonia, Hungría y Rumania, tres países por lo general permeables a las posiciones norteamericanas. Pero la presión de la mayoría pudo más y también se verá reflejada en la declaración.
En cuanto al reconocimiento a Kirchner y a la situación vivida por Argentina, no es el primero que sale a la luz durante esta gira. El Presidente también figura como muy probable orador de la jornada inaugural de la Asamblea Anual de la ONU que se realizará en septiembre en Nueva York. La jornada de trabajo arrancará temprano –para las 9 Kirchner ya tendría que haber desayunado con Lula y Ricardo Lagos y haberse reunido con Tony Blair–, con el discurso del presidente argentino, donde hará hincapié en las necesidades de los países en vías de desarrollo, muy diferentes a las aspiraciones de las socialdemocracias del Norte.
Luego seguirá el resto de los jefes de Estado que todavía no hubieran hecho uso de la palabra hasta las 12, hora del almuerzo. Luego los catorce mandatarios ofrecerán una conferencia de prensa conjunta, con la difusión del documento final.
Con eso concluirá la parte formal de la cumbre, pero a la tarde vendrá lo más jugoso que serán los contactos bilaterales con los otros invitados. Otra entrevista de peso que mantendrá Kirchner será cuando se vea con el alemán Schroeder. Una de las preocupaciones que mostró el Presidente en Londres fue sobre los embargos de cuentas y bienes argentinos que se están registrando en Alemania debido al default de la deuda externa. El disgusto de Kirchner tiene que ver con el carácter progresista que se adjudica la administración alemana y lo poco solidaria que se muestra con un país en apuros como es el caso argentino. Por otro lado, Kirchner considera que la relación comercial con Alemania está muy poco explotada, por lo que imagina sacar algún saldo favorable del primer encuentro cara a cara con Schroeder, otra de las caras fundacionales de la Tercera Vía.