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A la líder del ARI no le importan los miles de razones que le dijeron sus colaboradores para intentar modificar su decisión de no renovar su poltrona. Ni siquiera escuchó los argumentos de Aníbal Ibarra. Elisa Carrió asegura que es la única manera para que su fuerza se constituya en un verdadero partido político. “Debe dejar de ser una expresión que gire alrededor de mi persona. Es una muestra de madurez política”, aseguró.
–¿Cuál es el futuro del ARI si usted abandona su banca de diputada nacional?
–La gran discusión que se debía dar el ARI era pasar de ser una fuerza centrada en una persona para ser una pluralidad de liderazgos. Yo me corrí para que esto fuera posible. Sé que es un desafío importante, si no la fuerza que es personal tiende a diluirse. Hacia este nuevo desafío vamos y lo superaremos. En dos o cuatro años tendremos una fuerza colectiva con liderazgos plurales donde mi lugar será mayor o menor de acuerdo a la legitimidad que yo coseche. Digo, puedo seguir siendo la referente del partido o algo menos importante de lo que soy ahora. Creo que esto último es lo mejor.
–No cree que el no participar de la elección puede terminar pasándole como a Gustavo Beliz o López Murphy.
–Pero son distintos. Ellos, a partir de sus candidaturas crearon sus partidos. Conmigo no fue así. El ARI se creó en un proceso de ruptura y para conducir el proceso del cambio social y construir una nueva alternativa. Nació dos años antes de mi candidatura presidencial. Incluso en ese momento yo renuncié a ser senadora por la Capital Federal. Es bueno recordar que de las tres elecciones que se presentó el ARI sólo participé en una y aquí estoy. Lo que nos da continuidad es nuestra legitimidad y no mi rostro o mis discursos en la Cámara.