“Es una condena correcta y ejemplificadora.” En esa conclusión coincidieron tres especialistas del área de educación vial, que además advirtieron que el Estado debe llevar adelante políticas de prevención y de concientización social para evitar que casos como éste se cometan nuevamente. Todos están al frente de instituciones que desde hace años ayudan a las víctimas de accidentes de tránsito, desde el marco psicológico y legal, y además realizan investigaciones y elaboran estadísticas sobre el fenómeno.
“Se trata de una condena ejemplar y creo que es un símbolo. Es hora de que se les empiece a acabar la impunidad a los asesinos de tránsito. Por otro lado, creo que, más allá de condenar, hay que actuar efectiva y preventivamente para que estos casos no ocurran más. Si hablamos de que una persona mató a alguien es justo que reciba una condena. Y ésta me parece que es ejemplar”, afirmó el presidente de Luchemos por la Vida, Alberto Silveira.
“Más allá de eso, creo que esta condena no revierte los hechos, creo que los familiares de las víctimas deben tener la satisfacción de que el culpable reciba su castigo simplemente por una apetencia de justicia que todos tenemos, pero no cambia su situación. Creo que la sociedad a través de la concientización puede cambiar esta situación”, insistió Silveira.
Ayuda al Accidentado (AYA) es una entidad que también se dedica a ayudar a las víctimas de accidentes de tránsito. “Creo que es justa y es buena, pero esperemos que sirva para ejemplificar, para que tome un carácter social que haga que disminuyan los accidentes y concientice a la gente. En este caso, es innegable que la condena es correcta y ejemplificadora. Pero me parece que la figura de dolo eventual tiene que ser limitada porque no se puede aplicar a todos los casos”, opinó el presidente de la entidad, Fernando Cano.
“Presumo que a los familiares de las víctimas les servirá para cerrar un ciclo y continuar con sus vidas. El tema radica en que el Estado genere políticas de seguridad vial, para prevenir y concientizar a la sociedad y para que haya control en las calles”, indicó Cano.
Por su parte, el director del Instituto Superior de Educación Vial (ISEV), Eduardo Bertotti, relató: “La sensación que siento es dulce y amarga. Dulce porque por primera vez se ha logrado, en un caso de estas características, que la Justicia ordene una condena con cumplimiento efectivo. Y amarga, porque desde el punto de vista social, llegamos, como siempre, después del muerto”.
“Por un lado estamos satisfechos de que haya una sentencia justa contra quien comete una muerte, pero por otro se siguen corriendo picadas y no hacemos nada para evitar que haya más Cabellos en la calle. Me parece una condena muy grande. Pero tenemos que tratar de anticiparnos a las muertes”, señaló Bertotti.
Informe: Silvia Marchant.