La fuga de la cárcel de los condenados por el triple crimen de General Rodríguez generó la respuesta del kirchnerismo porque uno de los fugados vinculó en medio de la campaña electoral al ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández con la causa. “Mira vos, los que denunciaron en el programa de (Jorge) Lanata e involucraron a Aníbal Fernández, ¿estarán recibiendo favores?”, tuiteó ayer Horacio Pietragalla, presidente del Archivo Nacional de la Memoria y ex diputado nacional, mientras que el diputado misionero Maurice Closs señaló “nadie puede dudar de que la declaración de Lanatta contra Aníbal Fernández cambió la historia política de Argentina. ¿Hoy están prófugos?”, poniendo algo de ironía en la casualidad.

“Ahora sabemos cuál era el precio real que habían acordado los Lanatta por hacer su denuncia falsa contra Aníbal Fernández en el programa de Lanata”, opinó a través de su cuenta en Facebook la legisladora porteña del Frente para la Victoria Gabriela Cerruti. El escape encendió las luces de alerta de los dirigentes kirchneristas que emparentaron ambas situaciones. “Ahora queremos saber quién hizo el acuerdo. Fue Lanata? Fue (la dirigente aliada al macrismo, Elisa) Carrió? Fue ‘fuego amigo’?” O fue la misma (María Eugenia) Vidal que es gobernadora (de la provincia de Buenos Aires) gracias a esa denuncia y ahora paga lo acordado?”, acusó con dureza Cerruti a la ex vicejefa de Gobierno porteño. Finalmente enumeró que “ya le devolvieron favores al campo levantando las retenciones; a los grandes empresarios con la devaluación; a (el CEO del Grupo Clarín, Héctor) Magnetto interviniendo el Afsca. Ahora les tocó devolver el favor mayor, el que les permitió ganar la provincia de Buenos Aires”, poniendo el ojo en la devolución por el blindaje mediático de los sectores del establishment sobre los candidatos de Cambiemos.

El kirchnerismo salió con los tapones de punta contra el macrismo por la fuga de los presos. En agosto Martín Lanatta, uno de los condenados por secuestrar y asesinar a tres empresarios farmacéuticos, concedió una entrevista al programa de Jorge Lanata en el que decía haber trabajado con el ex jefe de Gabinete nacional. La emisión fue en plena campaña electoral, una semana antes de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias y la dirigencia la vinculó a la campaña sucia. Fernández se desvinculó totalmente de los dichos del reo y también acusó de campaña sucia, aunque también metió entre sus sospechas algún sector interno del Partido Justicialista (PJ).

En el entorno de Fernández señalaron a Página/12 que “el cambio la cúpula por Fernando Díaz (designado ayer a partir del desplazamiento de las autoridades vigentes) estaba resuelto hace una semana. ¿Por qué lo ponen ahora? Esto es el pago de Cambiemos por las declaraciones de este delincuente de Lanatta”, y agregaron que era “bastante obvio que dejaron la cúpula anterior (incluyendo al subsecretario César Albarracín) hasta ‘ayudar’ a los hermanos en la fuga. Es un escándalo de este gobierno de ‘honestos’. Le echarán la culpa a los anteriores, pero esto es cosa suya”.

“Mira vos, los que denunciaron en el programa de Lanata e involucraron a Aníbal Fernández, estarán recibiendo favores?”, se preguntó Pietragalla en su cuenta de Twitter y en el mismo tono irónico se expresó el ex intendente de Olavarría, José Eseverri, al señalar que “se fugaron los Lanatta de la cárcel de Alvear”, y agregó que “tenían vacaciones pagas por @elisacarrio y Lanata”. El ex gobernador de Misiones, el radical aliado al kirchnerismo Closs, también tuiteó que “aun cuando la fuga en sí misma es sospechosa. Que quienes desde la cárcel influyeron en una elección hoy se fugaron, es de locos. Es una obligación del gobierno nacional y de la provincia de Buenos Aires capturarlos. Caso contrario el manto de sospecha es inevitable”. Más tarde insistió con cierta preocupación en que “nadie puede dudar que la declaración de Lanatta contra Fernández cambió la historia política de Argentina. ¿Hoy están prófugos?”.