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Por F. Y.

Graciela Ocaña dice estar contenta con el nuevo desafío que tiene enfrente. Pero la repercusión negativa que tuvo su designación en las filas del ARI todavía le hace fruncir el ceño. “Más allá de lo que digan, yo tengo un compromiso que es trabajar para sanear el PAMI”, aseguró.
–Su llegada a la obra social fue tomada por su partido como una maniobra para quebrar la oposición. ¿Usted lo cree así? –le preguntó este diario.
–(Ríe) No sabía que yo representaba a toda la oposición. Esto es demasiado. No creo que alguien quiera desarticular la oposición dándole el control del tercer presupuesto del país y, además, total libertad para trabajar. Hay que tener en claro que si esta gestión es exitosa parte del mérito será del Presidente que apostó a nosotros, pero sin duda será también para el ARI y para Granero que proviene del desarrollismo. Entonces creo que si nos va bien la oposición se va a llevar mucho de este éxito.
–Sus colegas del ARI fueron duros con usted. ¿No le parece extraño que hasta hace poco era considerada una compañera valiosa y ahora es una inexperta para enfrentar la gestión en el PAMI?
–Bueno, antes era una compañera inexperta que no sabía nada del lavado de dinero y de repente supe. La verdad es que tengo un compromiso que es trabajar para sanear el PAMI, mejorarlo y hacer los cambios necesarios.