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Por J. N.

Para Miguel Bein, no se puede generalizar. No sería razonable decir que todos los economistas que sostienen que la Argentina debería pagar más que lo que ha propuesto lo hacen por interés, porque tengan alguien detrás de ellos, porque formen parte de su clientela algunos fondos de inversión estadounidenses o europeos, aunque algunas veces sea así. Para Bein, ex miembro del equipo de José Luis Machinea, hay casos que se explican por mera ignorancia. “Están convencidos de lo que dicen –asegura–, y escriben columnas sosteniendo ese discurso para posicionarse públicamente.”
Es en gran medida, según él, un tema ideológico: el convencimiento de que a la Argentina hay que darle una lección. Es la posición de Anne Krueger. O el país se comporta como se le indica, o mil demonios caerán sobre él. En estas corrientes pueden distinguirse dos modalidades. Una es la más elemental, la que siempre receta lo mismo: instituciones y confianza. Con eso bastaría para que la economía funcione por sí misma y resuelva todos los problemas.
La otra posición –como refiere Bein– es la del “menottismo económico”, la que afirma que a uno sólo le puede ir bien si juega bien. Es la idea de hacer los deberes macroeconómicos, las “reformas estructurales”, como garantía de lo que todas las cuestiones se encaminen virtuosamente, de sumar puntos. Estar en default no equivaldría, obviamente, a “jugar bien”.
Bein admite que se sentiría más satisfecho si los economistas que abogan por pagar más actuaran así por interés, por que alguien les retribuyera esa acción de lobby: “Eso lo comprendería porque son las reglas del juego”. Pero, lamentablemente, lo que predomina es la debilidad intelectual, que en definitiva sería peor como diagnóstico.
Como esa tontería de decir que hay que arreglar rápidamente con los acreedores para “volver al mundo”. Según el ex secretario de Programación, “el hecho de no estar pagándoles a parte de los tenedores de la deuda no invalida el hecho de que la Argentina está plenamente en el mundo: exporta, importa, integra el Mercosur, forma parte del G-20 o como ahora se llame, está en múltiples organismos multilaterales, mantiene relaciones diplomáticas con todos los países, tiene un acuerdo con el Fondo, opera con el Banco Mundial y el BID, recibe inversiones. ¿A quién se le ocurre decir que está aislada?”