EL PAíS
• SUBNOTA › LA INTERINA NUMERO UNO DEL FMI, KRUEGER, QUIERE MAS
La cartita de la Señora Anne
En la carta que acompañó la aprobación de la segunda revisión del acuerdo entre el Gobierno y el FMI, Anne Krueger se despachó con un listado de exigencias que debería cumplir la administración Kirchner en los próximos meses para mantener en pie la relación con el organismo. En el escrito no sólo se sugirió la flexibilización de la propuesta de reestructuración de la deuda. La mamá de Freddy pidió aumento de las tarifas de los servicios públicos y la “urgente” compensación a los bancos.
No todas fueron malas. Krueger reconoció que la economía crece con fuerza –“sigue recuperándose rápido”, señaló textualmente–, pero se apoyó en esa realidad para presionar e ir por más. La lógica del Fondo es que si la economía despegó y mejoró la recaudación, lo mejor sería destinar ese excedente al pago a los acreedores. “Se alienta a las autoridades a trabajar diligentemente para diseñar una oferta de canje de deuda que alcance la mayor participación posible de acreedores”, pregonó. En el eufemístico lenguaje del FMI, eso quiere decir que hay que girar más del 3 por ciento del Producto a los acreedores. En otro tramo del comunicado, la titular interina del organismo pidió directamente que el Gobierno “tome mejor en cuenta las propuestas de los acreedores. Es crucial”, selló, como para dejar bien en claro el tenor de la presión.
Para que no queden dudas de que Kirchner deberá optar entre el cielo y el infierno, Krueger dijo que un “constructivo” acuerdo con los acreedores “será esencial para el apoyo continuo de la comunidad internacional”.
En un principio, el staff del Fondo quería que en la Carta de Intención se mencionase la necesidad de un respaldo del 80 por ciento de los acreedores para sellar el acuerdo. El Gobierno se opuso. Finalmente quedó con la oferta obtenga “un amplio apoyo”.
A Krueger, en su momento muy crítica de la forma en que la Argentina había optado por salir de la crisis, no le quedó otra alternativa que elogiar la situación. Se rindió ante los números favorables. En la misiva, después de admitir que “esas tendencias favorables continúan en 2004”, sugirió que esa condición “permite una flexibilidad considerable al Gobierno para aumentar los ahorros fiscales a mediano plazo, tal como se comprometieron a hacer en la carta de intención”. Según este punto, la Argentina debería elevar los pagos de la deuda de acuerdo al crecimiento que muestre la economía. Justamente, esta será la base de las próximas discusiones con Washington.
Por afuera del tema de la deuda, Krueger volvió a la carga con dos reclamos clásicos del organismo: el aumento de las tarifas de las privatizadas y las compensaciones a los bancos. “Aunque se hizo algún progreso en la reforma del sector de servicios públicos, se necesitan esfuerzos adicionales para mejorar la posición financiera de los concesionarios regulados”, apuntó, sin vueltas. En el caso del sistema financiero, se pidió “acelerar” las compensaciones por los amparos pagados por el tipo de cambio libre.
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