EL PAíS › EL ENTIERRO DE CISNEROS EN LA CHACARITA

Adiós y denuncia de complot

Con decenas de banderas, los compañeros de Martín Cisneros lo despidieron en el cementerio de la Chacarita, donde se realizó un servicio religioso. Lito Borello, del comedor Los Pibes donde militaba El Oso, y Luis D’Elía, de la Federación Tierra y Vivienda, fueron los encargados de recordar la trayectoria del militante. Borello habló de su lucha por recuperar a los jóvenes. El titular de la FTV criticó la campaña de los sectores de la derecha que buscan demonizar a los grupos piqueteros y hacerlos responsables de una violencia que en realidad los tiene como víctimas.
En la extensa columna que llegó a la Chacarita estuvieron las principales figuras de la Central de Trabajadores Argentinos y la Federación de Tierra y Vivienda. Edgardo Depetri, Hugo Yaski, Fabio y Ariel Basteiro, Claudio Lozano y Tito Nenna fueron algunos de los dirigentes de la CTA presentes en el sepelio. Víctor De Gennaro, quien se encuentra de viaje, hizo llegar su solidaridad desde España.
Amigos y militantes se reunieron temprano en la esquina de Jorge Newbery y Warnes. Junto a la FTV marcharon los movimientos Barrios de Pie, el MTD Evita y el Frente Transversal Nacional, todos integrantes del frente piquetero kirchnerista.
También hubo delegaciones de los otros sectores piqueteros, como la Corriente Clasista y Combativa, el Teresa Vive y el Polo Obrero. El titular del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD), Raúl Castells –adversario declarado de D’Elía–, estuvo presente y manifestó su “repudio al asesinato del compañero Martín Cisneros; nos solidarizamos con sus amigos y familiares y, en esta situación, nos ponemos incondicionalmente del lado de la FTV”.
En el cortejo que acompañó a los familiares de El Oso, cerca de los militantes del centro de producción social donde trabajaba Martín, se vio al diputado Miguel Bonasso y a Luis, el padre de otra víctima de la violencia, Sebastián Bordón. Por su parte, integrantes de los organismos de derechos humanos llevaron un documento de solidaridad.
D’Elía recordó a su compañero de militancia con una intervención cargada de contenido político. Tras señalar que Martín Cisneros “murió fusilado por siete balazos disparados por el lumpen Juan Duarte, un dealer de la comisaría 24a”, consideró que fue “un mensaje para el presidente Néstor Kirchner, para nosotros y todos los que luchan de parte del poder económico”.
El dirigente resaltó que “ocurrió un 26 de junio” cuando se cumplían dos años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Y vinculó lo sucedido al duhaldismo: “Un día después de que el diputado Alfredo Atanasof acusara al Gobierno de prohijar las protestas piqueteras, con lo cual era de esperarse que tuviéramos un nuevo muerto”, sostuvo.
D’Elía repudió “a los medios de comunicación que quieren ponernos a nosotros del lado de la violencia”, por la toma de comisaría 24ª. En alusión a la cobertura que el diario La Nación dio al homicidio, criticó “la manipulación de la información” por la cual la rotura de vidrios y de un escritorio en la seccional “fue magnificada, mientras prácticamente se ocultaba el hecho de que ha habido un asesinato por encargo”.
“Si tiene cuatro patas, cola y hocico, puede ser que sea un perro: está claro de que se trata de un complot desde la derecha para desestabilizar a Kirchner”, concluyó D’Elía, hablando junto a la fosa donde yacía Cisneros. El último gesto de los piqueteros hacia su amigo fue un largo aplauso de despedida.

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