EL PAíS
Estrategia muy particular
Pedro D’Attoli, uno de los dos abogados defensores del empresario Omar Emir Chabán, continuó sosteniendo ayer la responsabilidad de su cliente, cara visible de la disco República Cromañón, en la tragedia: “Debe ser condenado”, dijo, aunque anticipó que su estrategia legal se enfocará en apuntar a las “responsabilidades compartidas”.
“Sí, en parte mi cliente se siente responsable –aseguró Pedro D’Attoli–, pero hay otros responsables, dentro del boliche y fuera. Dentro del boliche me tengo que reservar el secreto profesional, por el secreto del sumario, pero hay responsabilidades compartidas como el encendido de la bengala, la famosa puerta con el candado, la colocación del techo que no era contra las llamas, el exceso de admisión en el local”.
El abogado no dio precisiones sobre a quiénes responsabiliza de esas cuestiones, ni cuáles son responsabilidades compartidas por el propio Chabán.
Desde que asumió la defensa del responsable de Cromañón, D’Attoli mantuvo la misma posición. En ningún momento negó la responsabilidad de Chabán en la tragedia que terminó con la vida de 191 personas, pero intentó ampliar el arco de responsables para que la Justicia indague a otros sectores. Ese abanico se extiende a la banda de músicos, ámbitos del Poder Ejecutivo porteño y, ahora también, de la Legislatura de la Ciudad.
“Yo no me aventuraría –aseguró D’Attoli–. Como hombre de derecho, quiero que esto se investigue hasta las últimas consecuencias y se determinen las responsabilidades. No podemos condenar por anticipado a nadie. Acá son muchos los que deben ser condenados y, entre ellos, Chabán, también”. En esa línea aclaró, sin embargo, que Chabán “no es el dueño del local. Parece que el local se alquilaba, no sé quién lo alquilaba tampoco”. Y agregó además que la admisión al boliche en la noche del 30 de diciembre último era controlada por el grupo de música Callejeros, empujando una de las principales responsabilidades sobre los músicos: la puerta cerrada.
Sobre los legisladores, agregó: “Es una vergüenza que la Legislatura porteña haya evitado la interpelación al jefe de Gobierno”, se quejó D’Attoli, dejando en evidencia otro de los objetivos de su estrategia.