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El diario francés Le Figaro recogió en su país la misma información que trascendió aquí respecto del futuro de la concesión de Aguas Argentinas: que la empresa estaría dispuesta a anular el contrato si persisten las diferencias con el Gobierno para la firma de uno nuevo. Página/12 adelantó hace diez días, cuando el ente de control (Etoss) multó a la compañía por los recientes cortes de suministro, que el Ejecutivo analizaba terminar la relación con la empresa controlada por el grupo francés Suez. Frente a esa amenaza, la concesionaria hizo saber que ella misma podría anticiparse y dar el portazo. Desde París, la casa matriz reforzó la versión.
“El grupo no tiene intención de dejarse humillar”, recalcó un vocero de la empresa citado ayer por Le Figaro, sin revelar su identidad. Frente al artículo, Suez desistió de hacer comentarios sobre su contenido y se limitó a mencionar de manera oficial que “las negociaciones continúan”. Hoy será un día clave en ese sentido. Néstor Kirchner discutirá el tema con su par francés, Jacques Chirac, quien defiende los intereses de la compañía de su país. Ayer, el ministro Julio De Vido, quien forma parte de la comitiva que viajó a París, mantuvo una reunión con directivos de la empresa (ver nota principal).
El Gobierno y Suez se muestran inflexibles en la renegociación del contrato. El Poder Ejecutivo pretende achicar el margen de acción de la compañía, limitando su actividad a la operación del servicio, mientras que el Estado asumiría el manejo de las inversiones. Otro punto de conflicto es el nivel de rentabilidad que pretende asegurarse Aguas. Eso se traduce en un pedido de aumento de sus ingresos –vía suba de tarifas y reducción de impuestos– del 60 por ciento, contra una oferta del Gobierno de 16 puntos. Suez se ampara en el apoyo del gobierno de su país, del FMI y del Banco Mundial para dar la pelea.