EL PAíS
Abogados, escribanos y contadores
Por S. V.
Si bien en el funcionamiento de la ESMA no había compartimientos estancos, la rutina y los oficios habían establecido una cierta especialización. Radice, alias “Ruger” o “Gabriel”, era en la práctica, junto a Alejandro Spinelli, el encargado de las cuestiones logísticas, pomposa fórmula que designaba los bienes de los secuestrados. Si “Pañol Grande” acumulaba los bienes muebles y en “Pañol Chico” funcionaba el depósito de la ropa, para los bienes inmuebles hacía falta una inmobiliaria. Usaron para ello, como oficina, una propiedad de los padres de Radice, ubicada en Zapiola y Jaramillo, en el barrio de Núñez; una segunda casa, utilizada como local, se estableció en la calle Ciudad de la Paz, en Belgrano; la tercera, en Warnes 350, de Vicente López. Toda la franja costera era territorio naval. El know-how de la actividad y de la ingeniería societaria imprescindible para el desapoderamiento lo brindaba en parte una red de escribanos, abogados y contadores (Ariel Sosa Moliné, Fernando Mitjans, la actual jueza Emilia Martha García, Horacio Cédola, Oscar Maglie, Roberto de la Lastra) a la que se sumaba la experiencia conspirativa y financiera de Guardia de Hierro, esa organización inspirada en el fascismo rumano y a la vez lectora fanática del libro de Ben Gurión Rebelión en Tierra Santa. Los Guardianes prestaron, por ejemplo, el nombre de sociedades que les pertenecían –Huetel, Enori y A & B– para evitar que, en 1983 las tierras de Chacras de Coria fuesen reclamadas por sus legítimos dueños. Conspicuos integrantes de esa capilla congregada en torno de Alejando “el Gallego” Alvarez eran Genaro Contartese –célebre por su intervención en la trama de IBM-Banco Nación–, cuya familia tenía una inmobiliaria en Belgrano conocida por su imaginativo slogan, “Belgrano es un país”; Ricardo Romano, que sería después subsecretario de Alberto Kohan, Francisco de Islas –ex financiera Sasetru–, Félix Botte, Alejandro Pandra. No se debe olvidar en esta nómina a Horacio Adrogué y Luis Bragagnolo –contacto con el Tigre Acosta–, a cuyos apellidos corresponden las iniciales de A & B Consultores.