Tres micros con unos doscientos asambleístas de Gualeguaychú se movilizaron hasta Córdoba para insistir ante la Cumbre del Mercosur con su propuesta de erradicar las papeleras de Fray Bentos y rechazar el planteo uruguayo del monitoreo conjunto. En la calle, ya que no les permitieron ingresar al predio ferial donde deliberaban los presidentes, los entrerrianos aguardaron una reunión con el canciller Jorge Taiana que no pudo concretarse por razones de tiempo –fueron atendidos por otros funcionarios– y anunciaron que la ciudad sigue más movilizada que nunca y que en noviembre podrían retomar los cortes de ruta. Mientras esto sucedía, Tabaré Vázquez justificaba la instalación de las pasteras ante el resto de sus colegas.

“En líneas generales nuestro petitorio, que se lo entregamos a todos los gobiernos de la región para que se informen del problema y sepan el riesgo que esto significa, sostiene lo mismo de siempre: la erradicación de las dos plantas de celulosa de las márgenes del río Uruguay. No vamos a aceptar ningún monitoreo de nada”, aseguró sin titubeos Néstor Raúl Esponda, uno de los doscientos asambleístas que se hicieron presentes en la Cumbre.

“El monitoreo no va a llegar, porque no lo vamos a permitir. Eso es doble discurso y nosotros no nos engañamos más. Las papeleras nos perjudicarán tanto en el aspecto ambiental como económico, porque varias de las empresas que están en la zona amenazan con irse si se instalan las pasteras, como por ejemplo la empresa Baggio, que genera muchos puestos de trabajo en la zona”, advirtió María Elisa, ama de casa. “Pero no estamos desesperados porque tenemos fe en la Corte de La Haya. El hecho de que este tribunal confirmara que el fallo definitivo no tardará más de un año y no tres o cuatro como iba a ser, nos da una luz de esperanza de que las plantas nunca lleguen a funcionar.”

La fe que los habitantes de esta ciudad tienen en la corte internacional también la depositan en algunos de los máximos funcionarios nacionales. “Tenemos fe y confianza en el canciller Jorge Taiana y en el presidente Kirchner, que han tomado real conciencia del problema y están actuando de manera coherente y en defensa de nuestros intereses”, dijo Néstor, que se gana la vida como cuentapropista. “Gualeguaychú sigue firme, no nos vamos a cansar. Es más, si la cosa se pone fea, la reacción y la lucha de toda la ciudad va a crecer todavía más, como sucedió cuando la Corte de La Haya nos falló en contra y esa misma noche el teatro de la ciudad, con capacidad para 800 personas, se colmó de gente. Esto es cosa de vida o muerte, porque sabemos muy bien lo que vamos a padecer si esas plantas se instalan al frente nuestro”, señaló Rosana, una veinteañera que integra la Asamblea Juvenil de Gualeguaychú, que reúne en forma permanente a unos cuarenta jóvenes.