Sáb 22.07.2006

EL PAíS • SUBNOTA  › OTRA CARTA DE KIRCHNER A CASTRO POR EL CASO DE HILDA MOLINA

El cartero llama dos veces a Fidel

El canciller Jorge Taiana le entregó a su par cubano, Felipe Pérez Roque, un pedido de Kirchner para que Castro facilite un encuentro entre la médica cubana y su familia en la Argentina. Prometió una respuesta.

Las especulaciones acerca de si el viaje de Fidel Castro a Córdoba reavivaría el conflicto creado por el caso de la doctora Hilda Molina, el más serio de la relación bilateral, quedaron confirmadas ayer. El presidente Néstor Kirchner le envió a través del canciller Felipe Pérez Roque una carta al presidente cubano pidiéndole que deje viajar a la Argentina a Molina y a su madre para que puedan reencontrarse con su familia. El encargado de entregar el texto fue el canciller Jorge Taiana durante un desayuno que mantuvo con su colega en el hotel Holiday Inn, donde se alojaron ambas delegaciones. Pérez Roque prometió que la carta sería “leída, revisada y contestada” por Fidel.

El texto es breve y está fechado ayer en Córdoba. Lleva la firma del presidente Kirchner y está dirigido al “Estimado Presidente del Hermano Pueblo Cubano, Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz”. En ocho líneas espaciadas, el Presidente dice: “Como usted bien conoce, es de mi mayor interés posibilitar el reencuentro entre la Dra. Hilda Molina y su familia residente en el país. Permitir la llegada de la Dra. Hilda Molina y su madre a la Argentina sería la forma más efectiva para concretarla, atendiendo a las razones humanitarias del caso y el anhelo de una familia cubano-argentina. Estimo que usted comprenderá, analizará y dará una pronta y positiva respuesta. Con mis atentos saludos”.

La entrega de la carta fue fruto de un sinuoso trabajo diplomático en el que bastante tuvo que tallar el embajador argentino en La Habana, Darío Alessandro. Cuando comenzó a barajarse la posibilidad de que Fidel asistiera a la cumbre, desde la Cancillería argentina buscaron la manera de incorporar el caso Molina a la agenda. El tema irrita mucho a Fidel. Lo demostró ayer cuando se enojó con un periodista cubano de Miami que le preguntó en dos oportunidades sobre la cuestión. Así que la primera respuesta cubana fue un rechazo. “Es un encuentro multilateral, no tiene nada que ver ese problema”, le respondieron en la isla. Pero el trabajo diplomático ablandó la resistencia inicial y finalmente se llegó a la solución de la carta. Argentina se aseguró de que Cuba no rechazaría la misiva, que Castro la leería y que tendría respuesta.

La vigencia del problema llegó a poner en veremos el viaje de Fidel. “Ni yo sabía si vendría”, reveló el líder cubano durante el plenario de presidentes.

El conflicto es de larga data y en 2004 tuvo un confuso episodio cuando la médica ingresó en la embajada argentina en La Habana por unas horas. Molina es una neurocirujana de prestigio y, años atrás, uno de los cuadros intelectuales del castrismo. Luego esa relación se deterioró y Molina se volvió disidente del régimen. Su hijo, el también médico Roberto Quiñones, se casó con la argentina Verónica Scarpatti, con quien tuvo dos hijos. Ellos viven en Buenos Aires.

En diciembre de 2004, por sugerencia del entonces canciller Rafael Bielsa, Kirchner le mandó una primera carta a Fidel de un tono muy diferente al escueto mensaje de ayer. Era una carta de tono emotivo, donde hablaba en nombre de los hijos de la pareja, Roberto y Juan Pablo, “que aún no han conocido a su bisabuela ni a su abuela”. “Le propongo que juntos lo hagamos posible, por la felicidad de esos dos niños. Voy, como en la canción de Silvio, ‘En busca de un sueño’”, decía aquella primera carta. Pero algo funcionó mal en los cálculos de la diplomacia argentina, porque Fidel respondió con una negativa. A cambio, ofreció a Quiñones y su familia viajar a Cuba, pero no fue aceptado.

El caso generó un minué en la relación bilateral. Castro había asistido a la asunción de Kirchner en mayo de 2003, alentado porque Argentina había cambiado su voto condenatorio por la situación de los derechos humanos enla isla en la ONU. Pero el conflicto por Molina postergó de manera indefinida la anunciada visita de Kirchner a la isla. En algún momento se dijo que Kirchner sólo aceptaría viajar a La Habana si le dejaban traer a Molina de vuelta en su avión. Ahora, explicaban anoche en Cancillería, la entrega del mensaje fue con el expreso pedido de Kirchner de que tuviera una respuesta “rápida y afirmativa”. Comentaban que el trato distante que el Presidente mantuvo durante la Cumbre con el cubano –no tuvieron un encuentro bilateral– fue una señal del malestar que le provoca la continuidad del problema.

Conocido el nuevo reclamo, desde Cuba, la doctora Molina se mostró agradecida con Kirchner y dijo estar “esperanzada” en que ella y su madre, de 87 años, podrán salir de la isla. Reveló que ayer mismo inició los trámites para poder viajar a Buenos Aires pero que todavía no había recibido respuestas de parte de las autoridades cubanas.

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