El jefe del Ejército, general Roberto Bendini, afirmó ayer, por primera vez, que la fuerza que comanda está “muy preocupada” por la desaparición de Jorge Julio López, quien testificó contra el represor Miguel Etchecolatz en calidad de víctima, testigo y querellante. Consultado sobre la posibilidad de que los militares participen en la búsqueda, admitió que el Ejército no es la fuerza más “idónea” para cooperar con la investigación y que hubo alguna consulta menor de la Justicia sobre el caso pero “no se trató de nada trascendente”.

Luego de asistir a la inauguración de la reunión del Comité Ejecutivo de la Confederación Parlamentaria de las Américas (COPA), realizada en el recinto del Senado bonaerense, Bendini comentó que la Justicia le hizo “algunos requerimientos” de colaboración, pero reconoció que “el Ejército no es el más idóneo en este momento, porque los organismos de seguridad e inteligencia tienen mayor capacidad para trabajar en este aspecto. Aparte, lo más importante es el marco legal”. En este sentido, el militar afirmó durante una rueda de prensa que compartió con la vicegobernadora bonaerense, Graciela Giannettasio, que “para nosotros también es una gran preocupación, nosotros estamos dispuestos a colaborar dentro de lo que las normas y las leyes nos permitan”.

El jefe del Ejército explicó que los funcionarios judiciales afectados a la búsqueda de López “no” le han pedido “nada exclusivo”, y sin dar mayores detalles señaló que “ha habido algunos requerimientos puntuales que nosotros hemos respondido”. Por su parte, al ser interrogada sobre la aparición de las llaves de López, Giannettasio se limitó a señalar que el tema “lo ha tomado la Justicia, que es la que tiene a su cargo la investigación, nosotros estamos en conocimiento de cuáles son las conclusiones, de cuánto tiempo hace que fueron arrojadas en el jardín, de las versiones y de los dichos de su esposa respecto de la esperanza de su aparición con vida”.

Sobre el final de la conferencia, algunos periodistas le preguntaron a Bendini si lo ocurrido durante la última dictadura militar tiene vinculación con la desaparición de López, quien por esos años participó de las actividades barriales de la unidad básica Juan Pablo Maestre (que respondía a Montoneros) y fue secuestrado en octubre de 1976 por una patota encabezada por el genocida Etchecolatz. “No hago declaraciones de tipo político”, contestó. “Este es un tema muy delicado que afecta a todos los argentinos. No quisiera hablar ni expresar un juicio, pero sí es algo que realmente preocupa y esperamos que no se repita”, remarcó.