Elisa Carrió llegó a Santa Cruz ya avanzada la noche. La dirigente de la opositora Coalición Cívica había quedado varada en el aeropuerto de Ushuaia, junto a más de cien pasajeros, y no dudó en responsabilizar al gobierno nacional por la demora de su llegada: “Pese al Presidente, voy a llegar a Río Gallegos, posiblemente vía terrestre, aunque no vuelva más a Buenos Aires”, dijo Lilita antes de reanudar el vuelo que se había suspendido “por problemas técnicos” que la compañía aérea, Aerolíneas Argentinas, nunca especificó. No bien pisó Río Gallegos, fue hasta el campamento que los docentes montaron desde hace un mes frente a la gobernación provincial en medio del conflicto salarial.

“Ustedes son un ejemplo de libertad no sólo para Santa Cruz sino para toda la Argentina. Yo sé que muchas veces ustedes sienten que el país no los acompaña, pero sepan que los argentinos los adoran”, les dijo Carrió a los docentes en la helada noche patagónica. Sin embargo, Lilita tendrá que dedicarle dos días a una apretada agenda que pensaba resolver en algunas horas antes de regresar ayer mismo a Buenos Aires. Hoy se reunirá con el obispo Juan Carlos Romanín, con el intendente de Río Gallegos, el radical Héctor Roquel, y presidirá el “acto fundacional” de la Coalición Cívica de Santa Cruz, con la que competirá en las elecciones provinciales de octubre en la misma boleta que la llevará como candidata a Presidente.