ESPECTáCULOS › LA CUARTA EDICION DEL “FESTIVAL DE HUMOR CARCAJADA”
“Reír nos libera de la opresión”
Payasos, mimos, músicos, grupos de varieté y artistas de stand up participarán desde mañana en Palermo de la cuarta edición de un encuentro que esta vez opone a la guerra la terapia de la risa.
Por Silvina Friera
“¿Qué sería la vida sin la risa?” Esta pregunta, que adquiere una resonancia acuciante, funciona como lema de la cuarta edición del Festival de Humor Carcajada, que comienza mañana a las 20 en Espacio K (Costa Rica 4963). La semana próxima habrá espectáculos en el Centro Cultural del Sur, con entrada gratuita. Nanny Cogorno, creador de este encuentro e integrante de la Asociación Payasos sin Fronteras, sostiene que, cuando un pueblo deja de reír, su cultura se paraliza. “Sentimos la misma rebeldía de siempre, aunque potenciada por esta guerra injusta. Nuestra arma, que no es de destrucción masiva, es el humor”, dice Cogorno en la entrevista con Página/12. En esta edición, que se inicia con una muestra gráfica del caricaturista Ricardo Ajler, participarán payasos, mimos, músicos, grupos de varieté y artistas del stand up comedy (comedia de pie), que contarán con una madrina de lujo: la actriz Mariana Briski.
Si el año pasado, el festival, apadrinado por Diego Capusotto, tuvo que lidiar contra la desazón generalizada posterior al 19 y 20 de diciembre, y enfrentarse a la disyuntiva de hacer reír cuando buena parte de los argentinos no comía todos los días, ahora la sensación de crisis mundial reformula nuevamente el interrogante: ¿vale la pena cultivar el humor en estos tiempos aciagos? Cary Carape, una rosarina que integra el elenco de Morocco, un cabaret titiritero que abreva en el varieté como “género más representativo en la historia del espectáculo”, no duda respecto de cuál es su opción: “Hacer humor es apostar al poder de la risa como pócima frente a la angustia que genera la guerra. El humor forma parte de la lucha por sobrevivir a esta devastación, porque reír nos libera de la opresión”. Gustavo Massó, que estrena su espectáculo Sansorucho, en la sección “Los hombres también ríen”, opina que “el humor consigue que la crueldad se transforme en algo risueño”.
“En Buenos Aires no se te cae un misil en la cabeza como en Irak, pero se percibe el estado de tensión que ocasiona cualquier guerra por más distante que parezca, aclara Massó, que confiesa que encuentra en los discursos políticos un material humorístico infalible. “El humor argentino trabaja tanto sobre la actualidad que no te podés detener un minuto porque perdés vigencia –coincide Cogorno–. Los humoristas son las personas más informadas.” Según Cogorno, el argentino, principalmente por la herencia judía e italiana, posee la capacidad de reírse de sí mismo. “En mis espectáculos siempre digo que ‘el primer ridículo soy yo’. Y la clase política argentina y mundial están haciendo un monólogo diario imbatible”, señala el payaso y organizador de Carcajada.
Los que ya la vieron monologar (al principio en Cómico, luego en Stand up argentino) apodan a Natalia Carulias como “la chica de Piedrabuena”. Es que en ese monólogo desmenuzaba las peripecias de una mujer criada en un barrio que cada vez se tornaba más heavy. “Me río de todo. La vida me causa gracia, creo que por eso hago monólogos humorísticos”, admite la actriz. Carulias se lanzó a hacer unipersonales en el Bululú, donde nació el monólogo de Piedrabuena. “Lo raro es que no puedo decir que sea observadora en la vida. Al contrario, soy la mina más colgada del mundo, pero cuando escribo aparece la observación de un modo inconsciente”, dice. Para el festival, en la sección “Las reinas de la noche”, Carulias desgranará un monólogo en el que ataca a los hombres, pero también se permite tocar otros temas: el barrio, su infancia y hasta incluye una crítica a la televisión.
Massó recuerda su experiencia reciente en una pizzería, anécdota que ilustra el cambalache de imágenes que ofrece la tevé. “De pronto escuché que alguien le gritó al mozo: ¡Che, gordo, poné la guerra! Es lo mismo poner la guerra, la lotería o las carreras, porque la televisión iguala todo. En cambio, cuando alguien se acerca al teatro, va con una inquietud muy distinta.” Este festival –añade Cogorno– “muestra que el arte de larisa va avanzando, pese a las bombas que tiran en Irak o las bombas económicas que nos vienen tirando por acá hace unos cuantos años”.