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Por segundo año consecutivo, la ciudad sonará al ritmo de tambores, baterías, marimbas, timbaletas y otros instrumentos menos usuales como chekeres, durubakes, sogos o gongs. Hoy comienza Buenos Aires Percusión, un festival que durante dos semanas albergará a todas las formas posibles del parche y el golpe, desde los tambores más antiguos hasta los sonidos electrónicos. En total, serán más de doscientos artistas en veinticinco conciertos, clínicas y charlas, con entrada gratuita o a dos pesos. Habrá figuras consagradas, como el pianista y compositor uruguayo Hugo Fattoruso, quien abrirá el festival con una cuerda de tambores uruguaya, esta noche a las 20.30, en el teatro Alvear. Creador junto con su hermano Osvaldo del llamado candombe beat, Fattoruso anticipará los temas de su próximo disco, Rey tambor, que aúna composiciones propias y recreaciones del candombe tradicional. Pero el festival también mostrará propuestas poco conocidas por el gran público, desde tambores callejeros hasta música contemporánea.
La idea del festival fue acercada a la Secretaría de Cultura porteña por Paralelo 33º, un grupo de cámara conformado exclusivamente por instrumentos de percusión. Ellos viajaron como invitados a festivales similares en México, Puerto Rico, Cuba, Italia y Francia, y se preguntaron por qué no podía haber algo así acá. La primera experiencia fue el año pasado, y esta vez se repite reforzando un espacio que tuvo gran éxito: el de la muestra y mercado de instrumentos y CDs de fabricación nacional. “Con la devaluación, todos pensaron que se iba a hacer difícil conseguir instrumentos. Pero para sorpresa de todos, los fabricantes y luthiers nacionales pusieron el ingenio y las máquinas en marcha, y ofrecen instrumentos excelentes a un costo accesible”, relata Pablo La Porta, de Paralelo 33º. Rodolfo García, productor del sello Buenos Aires Música y ex baterista de Almendra, subraya la importancia de un encuentro de este tipo en Buenos Aires. “Lentamente, la percusión fue ganándose un lugar en el país, y actualmente hay intérpretes y compositores que no tienen nada que envidiarles a los de otros lugares con más raíz de parches”, asegura el baterista. “La respuesta que tuvo el festival el año pasado superó nuestras expectativas. Hay una verdadera explosión de grupos de percusión de diferentes tipos y orígenes, y mucha gente que está componiendo e interpretando todo tipo de ritmos”, agrega el músico.
García forma parte del Club de Bateristas Argentinos, junto a otros bateristas de formaciones míticas (Moro de Serú Girán, Black Amaya de Pescado Rabioso y Pappo’s Blues, entre otros). El Club planea encarar en el festival el espectáculo “Héroes del rock argentino”, con diferentes solos, duetos y cuartetos de batería (ver recuadro). Otras propuestas como Terrestr3s, dirigida por Horacio López, Orquesta Amarilla o Wonberé abrevan en los ritmos latinos, africanos e indios, con una gran dosis de experimentación. En el caso de Orquesta Amarilla, el percusionista Daniel Mele le pidió a un luthier que construya quince tambores afinados en escalas exatónicas (sin semitonos), y logró obtener un instrumento melódico.
Vitillo Abalos (integrante de Los Hermanos Abalos) tendrá a su cargo el segmento de clínica folklórica, en una charla en la que adelantará parte de la investigación que está volcando en un libro (ver recuadro). También habrá una clínica de ritmos tradicionales africanos, a cargo de Ary Sender, el próximo miércoles 14 de mayo, y una sobre marimbas a cargo de Marcos Cabezaz (ex Paralelo 33º), el sábado 17. La propuesta más lejana en cuanto a sus raíces es la de Mukaito Taiko, que asombró en su presentación en el festival del año pasado. El grupo, integrado en su mayoría por descendientes de japoneses que viven en la Argentina, interpreta ritmos tradicionales del japón, con tambores que alcanzan los quince metros de diámetro. Con música oriental, latina, africana, Buenos Aires seguirá el ritmo marcado por los parches, hasta el próximo 20 de mayo.