ESPECTáCULOS
Murió Barry White, el último maestro del amor
El cantante tenía 58 años y arrastraba una enfermedad renal. Fue un icono del soul romántico de los ’70, con su estilo engolado y sexista. Luego de una larga temporada de olvido, la serie de TV “Ally McBeal” y la cultura retro lo rescataron. En toda su carrera vendió más de 100 millones de discos.
Se hacía llamar “maestro del amor”. Su voz profunda y romántica animó concurridas fiestas en las boîtes de los años 70, sonó en escenarios multitudinarios (adonde iban a parar las prendas íntimas de sus fans desesperadas) y también fue propiciatoria de veladas más privadas, que parecían ser la materialización natural de sus arengas amatorias. Fue uno de los máximos vendedores de discos (más de cien millones de copias) de todos los tiempos, pero su lugar en la ruta del prestigio musical quedó mucho más relegado, a tal punto que el (des)calificativo “grasa” le fue endilgado al mismo tiempo que otros artistas soul ganaban en sofisticación y glamour. En los ‘90, la moda retro y el rescate trash le regalaron, de todos modos, un lugar de cierto privilegio, pero no llegó a disfrutarlo plenamente. Luego de una penosa cadena de enfermedades y trastornos, el cantante estadounidense soul Barry White murió ayer en Los Angeles. Tenía 58 años. Casado tres veces, el gran amador del soul dejó ocho hijos y un número no precisado de nietos.
Su muerte, que coincidió con la celebración del Día de la Independencia de Estados Unidos, se produjo en el Centro Médico Cedars-Sinai, donde estaba internado desde hacía tiempo. White sufría desde hacía años graves problemas renales a causa de su alta presión sanguínea, por lo que estaba a la espera de un trasplante, y había sufrido en mayo pasado una trombosis que le paralizó la parte derecha de su cuerpo. Se sometió a una operación quirúrgica el 1º de mayo para que se le implantara un catéter, momento en el que sufrió la trombosis que le afectó también el habla. Este problema de salud fue la última dolencia vivida por el intérprete de baladas románticas como “I Can’t Get Enough of Your Love, Babe” o “You are the First, The Last, My Everything”. La fama de White, cimentada en la década de los ‘70, resurgió en los últimos años con sus apariciones en la serie televisiva “Ally McBeal”, donde su voz se convirtió en reclamo de amor para la protagonista, Calista Flockhard. También los Simpsons repararon en él, en tanto el grupo de rock Fun Lovin’ Criminals grabó una canción llamada “Barry White saved my life”. En la Argentina, su voz sirvió, por ejemplo, como cortina del programa “Intrusos”.
Nacido en Texas pero criado en Los Angeles, la presencia de White entre las estrellas del soul y la música disco fue reconocida por la ciudad californiana, que dio su nombre a un centro recreativo. White creó un estilo propio de música “seductora” y cargada de contenido sexual, con letras como la de “Love Serenade”, éxito en las listas de ventas en 1975, que arrancaban sin complejos: “Te quiero tal y como viniste al mundo, no quiero sentir tu ropa...”.
Ganador de dos premios Grammy en 2000, nació el 12 de septiembre de 1944 en Galveston (Texas), en el hogar de una madre soltera, y desde bien pequeño, como tantos otros jóvenes de la comunidad negra estadounidense, comenzó su camino musical en el coro de la iglesia baptista a la que acudía y que llegó a dirigir. Se crió en el conflictivo barrio South Central de Los Angeles y durante su adolescencia fue encarcelado por robar ruedas de coches. Este breve y traumático paso por la cárcel y la canción “It’s now or never”, interpretada por Elvis Presley, lo rescataron de la vida callejera y lo empujaron, según admitió en varias entrevistas, a apostar decididamente por el mundo de la música. Realizó su primer trabajo profesional con el grupo de soul Upfronts, y luego pasó una larga temporada en la que se mantuvo apartado de los escenarios para componer y producir canciones. En este campo logró su primer gran éxito con la canción “Walkin’ in the Rain With the One I Love”, interpretada por el grupo Love Unlimited –tres mujeres, entre las que figuraba su segunda esposa, Glodean James–, que vendió más de un millón de copias.
Como solista, su primer éxito fue el álbum Can’t Get Enough, que llegó a lo más alto de los chartas y que incluía los citados clásicos “Can’t Get Enough of Your Love, Babe” y “You’re the First, the Last, My Everything”. Su estrella declinó en la década de los 80, al mismo ritmo que lo hizo la música disco, y tuvo dos pequeños fracasos en sus intentos por resurgir en1987, con el álbum The Right Night & Barry White, y en 1989, con The Man is Back. En esta época de menor éxito, sin embargo, siguió colaborando en discos de otros artistas como Big Daddy Kane o Regina Belle, etapa en la que se destacó su participación en The Secret Garden (The Seduction Suite), del productor y compositor Quincy Jones.
Sin embargo, debió esperar 17 años, hasta 1994, para volver a situarse en lo más alto de la lista de los discos más vendidos con “The Icon Is Love” y la balada “Practice What You Preach”. A finales de la década pasada, las nuevas generaciones los “descubrieron” gracias a “Ally McBeal”, no sólo porque sus canciones se convirtieron en una especie de banda sonora de la serie, sino porque participó en varios de los episodios. En 1999, sus problemas de salud y su crónica hipertensión se convirtieron en un obstáculo para su carrera y lo obligaron a cancelar varios conciertos de una gira con el grupo Earth, Wind & Fire, otro de los dinosaurios rescatados de la vieja fiebre del sábado por la noche.