ESPECTáCULOS
“El antisemitismo es un pecado que iría contra los pilares de mi fe”
El actor y director Mel Gibson defiende su film La pasión de Cristo, próximo a estrenarse. La polémica crece día tras día.
La cuenta regresiva de La pasión de Cristo no hace más que acelerar la polémica. Las primeras proyecciones de la película, que llegará a las pantallas estadounidenses el próximo 25 de febrero, Miércoles de Ceniza, han levantado más pasiones que su mismo título, tanto entre los que se quejan por la violencia de sus imágenes como los que corroboran las acusaciones de antisemitismo hechas contra el film. “El antisemitismo no es cristiano y un pecado así iría contra los pilares de mi fe”, declaró Mel Gibson, 48 años, director y productor del film.
Centrada en las últimas doce horas de la vida de Jesús, la película protagonizada por Jim Caviezel en el papel de Cristo arranca sin preámbulos, directamente en el Huerto de los Olivos, minutos antes del arresto que llevará a Jesús a la muerte. Allí, mientras sus discípulos duermen, un Cristo torturado por una angustia que lo hace sudar sangre recibe la visita de una figura satánica que lo tienta diciendo que ningún hombre puede llevar todo el peso del pecado. Un comienzo apropiado para una película que, rodada en latín y arameo, utiliza la lectura latina de la palabra pasión en su título como “acción de padecer”. Una pasión palpable en cada secuencia, ya que Gibson no escatima detalles violentos, desde la oreja cortada a uno de los soldados durante su arresto, hasta la primera paliza que recibe cuando lo llevan encadenado por el monte Getsemaní por donde lo tirarán, dejándolo al borde de la estrangulación.
Además está la secuencia de la flagelación, donde los latigazos superan los 40 porque, según ha explicado Gibson a la prensa, el santo sudario recoge la huella de un cuerpo en el que apenas quedaba piel. El momento culminante llega con la crucifixión en el Gólgota, donde unas explícitas imágenes muestran cómo es clavado de pies y manos, siguiendo una versión imposible físicamente dada la fragilidad de los huesos de la mano para sujetar el peso de un cuerpo. Allí su brazo es desencajado para que llegue al lugar en el que tiene que ser clavado y su rostro ya está irreconocible bajo la sangre que le chorrea por la corona de espinas. “Es una historia de fe, esperanza, amor y perdón. De eso va la película. Sobre el sacrificio de Cristo”, explicó el ganador de un Oscar como mejor director por Corazón valiente.
Rodada en los estudios Cinecittà, en Italia, la película, que termina con Jesús resucitado y con sus estigmas aún en las manos, ha levantado un furioso debate incluso antes del estreno, entre aquellos que la consideran antisemita. Apoyando esta versión, está la insistente presencia de los fariseos que en representación de las altas jerarquías judías demandan la crucifixión de Cristo. Además, Gibson ha optado por un retrato más magnánimo de la principal figura romana en Judea, Poncio Pilatos, a quien presenta como un gobernador maleable y dispuesto a condenar a muerte a Jesús con tal de evitar una revolución. Una versión que parece volcar la culpa de la muerte de Cristo en los judíos más que en los romanos. Gibson está considerado como un católico conservador, una fe que ahora ha dejado plasmada en la pantalla. En sus primeras proyecciones en círculos cristianos, La pasión... incluía la frase “su sangre recaiga en nosotros y en nuestros hijos”, que sugiere la culpabilidad judía en la muerte de Jesucristo, un concepto perimido en la Iglesia Católica y que Gibson terminó también por retirar en el montaje final.
Rodeado y acosado por las críticas, Gibson señaló frente al tema de la muerte de Jesús: “La gran respuesta es que todos lo hicimos. Yo seré el primero en la lista de los culpables”, afirmó el autor, asegurando con su humor habitual que quien tenga un problema con su película es que tiene un problema con las Escrituras. “La película no condena a una raza por la muerte de Cristo”, dijo. El actor y director también respondió a preguntas referentes al Holocausto, ante las acusaciones de que comparte las declaraciones de su padre, Hutton Gibson, de que tal atrocidad nunca ocurrió. Pero la estrella dijo haber visto La lista de Schindler, película de Steven Spielberg sobre el Holocausto judío, y piensa que fue una atrocidad “de proporciones monumentales”, al tiempo que recordó otros ejemplos de genocidio como la masacre de la mitad de la población armenia a manos de los turcos.