ESPECTáCULOS › EL MEJOR NEGOCIO TELEVISIVO ACTUAL ES LA EXPORTACION
¿Cómo pronunciarán Echarri en búlgaro?
La devaluación del peso ha planteado una nueva realidad a los canales y productoras independientes: para no perder plata, tiempo y esfuerzos, deben pensar en productos que sirvan aquí, pero al tiempo sean exportables.
Por Fernando Abdala
A una cotización del dólar como la actual, está claro que conviene exportar. Trabajar con el exterior y cobrar en dólares es una forma de multiplicar el poder adquisitivo en la Argentina. Así, a la gran mayoría de los canales y productoras independientes de la televisión les llegó la hora de repensar sus estrategias: hoy conviene más producir para el exterior que hacerlo para la Argentina. Intentar exportar programas, señales y formatos se ha convertido en una meta fundamental para docenas de gerentes y programadores. Es cierto que esta actitud no es nueva, porque varias empresas del medio ya estaban dedicadas a la exportación, aunque como un recurso extra –en los años en que un dólar era un peso– y no como prioridad.
La mayoría de las señales del operador de cable Pramer, por ejemplo, se dirigen desde hace varios años, en su contenido y en su alcance, a toda Latinoamérica. La compañía Promofilm instaló hace tiempo una sucursal en Miami. Cuatro Cabezas, la productora de Diego Guebel y Mario Pergolini, exportó ideas, formatos, productores y producciones en los últimos cuatro años. Lo mismo hizo Ideas del Sur, la empresa de Marcelo Tinelli. Telefé y Canal 13 ubicaron varios productores en el exterior, sobre todo telenovelas por las cuales Andrea Del Boca, Natalia Oreiro o Gabriel Corrado son estrellas en países tan poco usuales para un artista argentino como Israel, Rusia o Bulgaria. Si estos proyectos eran hasta diciembre parte de una actitud en busca de sumar ingresos, hoy son una esperanza de salvación.
Para buena parte del medio exportar es la mejor alternativa de producir y/o subsistir. Una segunda, aún hipotética opción, sería ofrecer los estudios y técnicos locales para rodajes de otros países, que se verían abaratados considerablemente. “La televisión tuvo al principio de su historia los ingresos desde la publicidad tradicional. Más adelante apareció la publicidad no tradicional (PNT) o chivos, como un extra. En la actualidad todo eso no alcanza para cubrir los costos. Hoy exportar productos es indispensable para la subsistencia de la televisión. Antes, el departamento de venta internacional era un equipito que sumaba. Hoy es un área fundamental”, explica Michelle Wasserman, quien vio crecer a ese equipo de trabajo desde el área de Telefé Internacional, ahora conocido como grupo Admira (Area de Entretenimientos de Telefónica). “Todo lo que se cobre del exterior vale el doble. Sumado a que las agencias de publicidad y los anunciantes no están pagando, hay que dirigirse inevitablemente al mercado internacional”, remarca. “Hoy por hoy, Telefé y Azul consultan el potencial de venta de un producto antes de producirlo. ¿Te parece que una novela con Pablo Echarri pueda funcionar afuera? ¿La podés colocar en algún lado? Los productores analizan los potenciales de venta antes de largarse. Hace un tiempo, el área de Telefé Internacional no existía como departamento, nadie nos consultaba nada. Hoy somos el primer paso de una producción.”
Diego Musiak, director de cine (Historias clandestinas en La Habana) y televisión, vivió en los últimos tiempos la experiencia de producir, por primera vez, pensando en el exterior. Oki-doki, su proyecto de dibujos animados –un caso claro de este exilio de ideas–, fue gestado exclusivamente a partir de sus posibilidades de venta internacional. “Cuando hice toda la investigación para empezar a producir, la única opción era pensándolo en el mercado mundial. No podés amortizar jamás los costos pensando en el mercado local. Creo que la única alternativa para producir es hacerlo para el exterior. En televisión, comúnmente lo que se exportan son formatos o programas de ficción. En mi caso como director de cine, la ficción está bastante acotada por el idioma. Justamente por eso es que decidí hacer una serie de dibujos animados. La animación lo que me permite es poder doblarlo a cualquier idioma y que lo entiendan como propio.”
Lucía Suárez, directora de contenidos de Pramer, trata de adaptarse desde otro lado a las nuevas reglas del juego. “Creo que obviamente no podemos dejar de dar énfasis a la idea de exportar nuestros productos y de buscar nuevos mercados en el exterior. El crecimiento más grande ahora va a estar afuera de la Argentina”, dice. Suárez analiza este momento como una posibilidad de ampliar la capacidad laboral de los canales y productoras. “Ahora la producción en la Argentina es más económica que en otras partes del mundo. Tenemos que aprovechar para atraer a otros a producir. Donde hay, no sólo costos bajos sino también una calidad de producción, tecnología y creatividad muy buenas. Si algo estoy tratando de hacer, es generar más contenidos en la Argentina para el resto de Latinoamérica. Estoy, por ejemplo, tratando de traer conductores de otros países a producir sus programas acá. Sería genial que la Argentina se convirtiera en un centro de producción para el resto de Latinoamérica, y tenemos todas las posibilidades de hacerlo. Los canales y las productoras independientes tienen hoy tecnología como cualquier país del primer mundo.”
Evidentemente esta metodología de venta al exterior traerá, o mejor dicho subrayará, cambios para el televidente local. No es casualidad que a “Yago pasión morena” se incorporara a una actriz peruana, que “Provócame” cuente con el protagonismo del portorriqueño Chayanne o que en “Franco Buenaventura” se haya partido de la certeza de que el tango es el producto cultural argentino tradicionalmente reconocido fuera de la Argentina. La tendencia de productos cada vez más mcdonalizados seguramente crecerá gracias a esto. Para Wasserman es difícil que sobrevivan grandes emprendimientos que no tengan cierto color local o pautas de producción vinculadas a la realidad de otros países. “Si antes ya se pensaba todo en función de la venta, ahora nada puede apartarse del parámetro del negocio internacional. Estamos atados a esa realidad.”