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Por S. F.

En el predio de la Rural, el stand de Página/12 acapara las miradas de los que visitan arteBa, pero no lo hace por la magnitud de su extensión sino por el concepto con el que fue instalado. Cada uno de los 23 cuadros de Miguel Rep, que pertenecen a la serie Bellas Artes, una desacralización de la historia del arte, logran sacudir la pasividad porque están concebidos con la intención de modificar la percepción y establecer nuevas tensiones y resonancias en la manera de aproximarse y pensar el arte contemporáneo. Y este modo de capturar el asombro, la risa, de implicar y de involucrar al que se detiene ante un puñado de dibujos de neto corte humorístico, consigue “sacarle la solemnidad y el esnobismo al arte”, dice Rep. María Elena Nakama, que aclara que es la primera vez que recorre la muestra, festeja el cuadro que ironiza sobre el gran problema de Jan Vermeer. “Lo que más me sorprende es la capacidad de simplificar, la sencillez con la que se burla de ciertos artistas”, dice Nakama. Para Rep, el humor desnuda las paradojas de un cuadro. “Me gusta desmontar la mentira que hay en el negocio del arte o los problemas y las angustias con las que se deben enfrentar los artistas en el momento de la creación”, señala el dibujante y humorista.
“Con este trabajo trato de demostrar que el arte debería ser más democrático y menos elitista”, advierte Rep. Néstor Libossart está acompañado por sus dos hijos y su mujer. La nena, la más inquieta, apoya el dedo índice en el cuadro del “velatorio del pintor Keith Haring” y lo desliza por el laberinto de formas que propone Rep. Su hermano, en cambio, no quita los ojos del dibujo sobre Guillermo Roux “cuando jugaba a las escondidas con sus amiguitos”. “Es genial, con pocos recursos logra reírse del acartonamiento del mundo del arte. No suelo ir a muestras de arte porque a veces siento que la complejidad de lo que veo me supera”, dice, y continúa mirando los cuadros con su familia. Rep confiesa que él mismo debió meterse en cada uno de los cuadros para comprender el sentido que cada obra encierra. “Entender la historia del arte es comprender al hombre –explica Rep–. El artista, al contrario de lo que se cree, goza con su trabajo, aun cuando siente que lo tortura. La expresión es goce. Lo que solemniza es el mercado, y que todo quede circunscripto a una pequeña elite.”
Es la primera vez que Página/12 se presenta en artBA, que desde su última edición pasó a llamarse Feria de Arte Contemporáneo (Miguel Briante, en su momento editor de la página de Plástica fue una de las personas que más batalló desde el diario para impulsar las nuevas obras). Esta participación es una manera de redoblar la apuesta por los nuevos artistas y un compromiso directo con el arte emergente. Jimena González, encargada del stand, señala que la gente disfruta mucho del humor desenfadado de Rep, que en julio editará un libro, Bellas Artes, y en agosto expondrá la totalidad de la muestra (101 cuadros) en el Malba. “Algunos me preguntan si no es una humorada que nuestro stand esté justo a la izquierda del de Ambito Financiero”, dice González. “Un cuadro te despierta el interés por el artista y por la obra, porque un cuadro te invita a seguir indagando.”
“Un artista no se agota en el cuadro”, añade el humorista. Para Mónica Montenegro, las obras de Rep son un espejo que deforma los clichés de la cultura. “Sus cuadros son inigualables”, opina Montenegro. De Liliana Porter a Guillermo Kuitca, de Haring a Roux, los cuadros de Rep dialogan con el presente en toda su complejidad. Pero también cuestionan y critican una cultura dominante poco permeable a expandir las fronteras del arte hacia nuevos públicos que no sean los especialistas, los críticos y curadores. La obra de Rep da cuenta del mundo, de sus contradicciones, de lo que se oculta en las formas y el contenido de un arte contemporáneo que debería ser más sencillo y menos pomposo.