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Uno de los secretos tesoros de la televisión por cable local es la posibilidad de ver The Late Show de Jon Stewart todos los sábados a la medianoche, gracias a la señal internacional de CNN. En uno de los últimos envíos semanales, que la señal internacional lamentablemente emite sin subtitular, apareció Sandra Bullock hablando con Stewart, un cómico que sabe tratar con igual agilidad, simpatía y una ácida profundidad desde los temas más banales hasta los más álgidos de la política internacional. Bullock estaba ahí para promocionar Miss Simpatía 2, su última película, en la que figura además como productora. Pero ni ella ni Stewart hicieron la más mínima referencia a la película. Lo bien que hicieron. Porque Miss Simpatía 2 es una de esas películas que, cuando el personaje de Bullock bromea en la pantalla diciendo algo así como que “usualmente te inyectan una epidural para un dolor como éste”, es difícil no pensar que se está refiriendo, justamente, al dolor de tener que protagonizar semejante película.
Cuatro años atrás, Bullock fue la estrella de la primera Miss Simpatía. Allí interpretaba a una agente del FBI que debía disfrazarse para participar, de incógnito, en un concurso de belleza. Pero el patito agente Bullock ya es un cisne en esta segunda parte ambientada temporalmente apenas unas semanas después de la primera. Aquí Bullock será primero la cara publicitaria del FBI y luego terminará junto a una agente muy poco delicada, interpretada por la contundente Regina King. Según Mahnola Dargis escribió en el New York Times, la otrora eternamente simpática Sandra Bullock actúa en esta película poniendo cara de estar removiendo estiércol. Como bien deduce Dargis, justamente eso es lo que parece estar haciendo al aceptar rodar semejante secuela.