EL PAíS › EL GOBIERNO QUIERE COMO
CANDIDATA A LA VICEGOBERNADORA DE SANTA FE

Los hermanos Bielsa están de moda

La Casa Rosada le hará saber a la vicegobernadora Bielsa que la quiere como integrante de la lista de diputados en Santa Fe. La alianza de socialistas y radicales complicó el panorama.

 Por Mario Wainfeld

Vista desde la Casa Rosada, la provincia de Buenos Aires es la madre de todas las batallas electorales. La Capital y la provincia de Santa Fe serán un poco menos, pero también preocupan, y mucho, al Presidente, que quiere plebiscitar su gestión. No serán la madre, pero tienen su lugar eminente en la parentela. La senadora Cristina Fernández de Kirchner da la talla de lo que importa Buenos Aires al Gobierno. El canciller Rafael Bielsa tratará de primar sobre dos presidenciables opositores en Capital. Quizá sea justicia poética que en Santa Fe, para un comicio que se ve muy peliagudo desde acá, el oficialismo piense en una mujer de apellido Bielsa. Se trata de María Eugenia, la vicegobernadora provincial. Ocurre que Hermes Binner, a quien la Ley de Lemas le birló el Ejecutivo en 2003, es el primer candidato del socialismo a Diputados. Y está armando una coalición con el radicalismo cuyas chances son muy pero muy altas.
El Gobierno ya había decidido mover a otro ministro, el de Justicia, Horacio Rosatti, para encabezar la lista de diputados nacionales santafesinos. Rosatti fue intendente de la capital provincial. En Balcarce 50 aseguran que ostenta excelente imagen y buena intención de voto. Pero Santa Fe, como todas las provincias, es un territorio vasto y disímil. Rosario, la ciudad más grande, es un mundo. La ciudad de Santa Fe, otro. El interior chacarero, un tercer mundo.
Rosatti en Rosario tiene poco peso. Hete aquí que Rosario es el bastión electoral socialista. Binner fue un excelente intendente y su sucesor, Miguel Lifschitz, está revalidando los pergaminos en su gestión. Cerca de Kirchner rezongan que “a los ojos de ‘la gente’ su intendencia es mucho mejor que la gobernación de Jorge Obeid”.
Los radicales, a su vez, están muy de capa caída pero algunos votos conservarán. Además, la UCR posee una vasta implantación territorial que paliaría ciertos déficit de los socialistas a la hora de hacer campaña y, sobre todo, de fiscalizar los comicios.
Los socialistas hablan de ofrecer al radicalismo el segundo y el cuarto lugar en la lista, una propuesta generosa. Los hombres de la UCR suelen ser remilgados a la hora de armar frentes, pero cuesta creer que no cerrarán trato ahora, en medio de una malaria descomunal.
La noticia de negociaciones opositoras avanzadas coincidió en el tiempo con el sangriento motín de Coronda. El suceso puso de punta los pelos de cabelleras empinadas en la Rosada. Abundaron cuestionamientos a la gobernación santafesina por su falta de reflejos, por no haber ejecutado 19 millones de pesos que le envió el Gobierno, por su bajísimo perfil público. El subsecretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, luego de Coronda, añadió leña a ese fuego.
Obeid es un hombre respetado por los kirchneristas, por su actuación en los ’70, pero sus actuales dotes de administrador son cuestionadas. Un operador político presidencial se permite ser cáustico: “Las elecciones en Santa Fe vienen difíciles. Si fuéramos gobierno, sería más sencillo”. Es un sarcasmo, claro, pero expresa un estado de ánimo. Circunstancia que ayuda a explicar el reacercamiento del kirchnerismo al actual senador Carlos Reutemann. Lole fue invitado a viajar en el avión presidencial a Alemania la semana pasada, señal de revalorización. Nadie sabe qué habló el lacónico ex gobernador con Kirchner pero, como diría Borges, duele creer que no hablaron de la lista santafesina.
Así las cosas, reflotó el anhelo de sumar a la arquitecta Bielsa a la lista de diputados. La vicegobernadora tiene fuerte raigambre en Rosario. Eso compensaría el desbalance territorial del PJ en una ciudad que hace añares tiene gobiernos de fuerte tono social y que en los últimos años, boom sojero y buenas gestiones comunales mediante, ha ganado belleza y calidad de vida. Hace un largo tiempo que en la Rosada se piensa en María Eugenia Bielsa como candidata. Ya en mayo de 2004, el subsecretario general de la Presidencia, Juan Carlos Mazzón, intentó tentarla. La vicegobernadora no quiso saber de nada.
Ahora, el Gobierno vuelve con todo. Bielsa sigue firme en sus trece. Ayer mismo el gobernador Jorge Obeid dialogó con ella en la Casa Gris, haciéndole saber que Kirchner, Reutemann, Rosatti y él mismo la quieren ver en la lista.
Bielsa volvió a decirle que no. Habrá que ver si hoy repite esa postura tenaz en otra casa de gobierno, la Rosada. La esperan en el primer piso, donde moran, entre otros, el Presidente y el jefe de Gabinete. El motivo formal es dialogar sobre el saldo del Congreso de la Lengua. El lector puede suponer cuál es el real.
Las razones del “no”
Para la Rosada, todo es redondo. Con el apoyo de Lole y Obeid, el peronismo se une. Las caras de Rosatti y Bielsa difieren de la floja imagen del gobierno provincial y del PJ local. Rosatti, aseguran circunstantes de su encuentro con Kirchner, aceptó avenirse a cualquier escenario: compartir cartel con Bielsa, de primero o segundo y aun “bajarse” de la lista.
Pero la virtual candidata ve las cosas diferente. Su interés es seguir tallando en su provincia, de cara a 2007. Allí, dicen sus allegados, puede ser candidata a intendente de Rosario. Obeid viene atribuyendo a su segunda perspectivas de postularse a la gobernación 2007, pero esa hipótesis, de dudosa constitucionalidad (la afectaría la imposibilidad de reelección que limita al titular del Ejecutivo), suena disparatada a las huestes de la arquitecta.
Cerca de Bielsa olfatean que, montados en el anhelo presidencial de plebiscito, los pejotistas santafesinos juegan su propio juego. Los reutemistas, acusan, quieren sacarse de encima a la vicegobernadora que los ha enfrentado y desafiado más de una vez como titular del Senado provincial. Catapultarla a la Capital, barruntan, sería un modo delicado de correrla de la carrera de 2007. Bielsa no es una política tradicional y eso en el peronismo se paga. A veces con candidaturas (porque la sociedad civil acuña mejores reputaciones que la vera historia del peronismo). Pero también con zancadillas astutas.
Una hipótesis más desagradable, ligada a un rumor, también corre en Santa Fe. Se ha echado a rodar la versión de que Obeid tiene problemas de salud. El mismo gobernador los hizo públicos, atribuyéndolos a mala fe opositora y negándolos. Hay quien piensa que los reutemistas, así sea por las dudas, quieren correr a Bielsa de la línea de sucesión del gobernador, que quedaría así en cabeza del titular del Senado. Se trata de sospechas desagradables, pero cuando del poder (y entre peronistas) se trata todo es posible.
La inusual movilidad de Lole, operada por su senadora nacional Roxana Latorre, entusiasta adalid de la postulación de Bielsa, aviva las suspicacias de los aliados provinciales de la vicegobernadora. Muchos de ellos leen su postulación como una suerte de presente griego.
El Gobierno la quiere, seguramente se lo hará saber hoy. Y esta historia continuará.

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La vicegobernadora María Eugenia Bielsa no está convencida de participar en las listas de diputados.
 
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