ESPECTáCULOS › FLAVIO NARDINI Y CRISTIAN BERNARD EN EL RODAJE DE “REGRESADOS”
Para winners está Hollywood
Siete años después de 76 89 03, el segundo largometraje de la dupla trabaja sobre tres historias que surgen en medio de una reunión de egresados, con la idea del fracaso revoloteando.
Después de su auspicioso debut cinematográfico con la singularísima 76 89 03, la dupla Flavio Nardini-Cristian Bernard vuelve al ruedo con un nuevo largometraje de su pequeña factoría. El tándem de guionistas y directores esta vez se encuentra embarcado en pleno rodaje de Regresados, el largo con el que intentará revalidar las críticas favorables que recibió hace siete años, ante el estreno de su opera prima. Película coral, Regresados cuenta de manera intercalada tres historias diferentes que surgen en medio de una reunión de egresados, treintañeros a punto de llegar a los cuarenta que intentan revivir historias y emociones vividas al calor de la adolescencia. “Se trata de una película dura, de mucha introspección, imposible de encerrarla en un único género”, explica Bernard en un alto del rodaje. “Se cuentan –se suma Nardini– tres tipos de historias y géneros diferentes que la hacen muy rica. Hay un thriller psicológico, una comedia romántica y una historia dramática.” Y bromea: “Para que nadie se vaya disconforme, viste”.
Fiel a su concepción de darle más importancia al guión que a la convocatoria de estrellitas televisivas, Regresados estará protagonizada por un elenco de actores sin nombres rutilantes, pero adecuados a la personalidad delineada de cada personaje. Las actuaciones de Carlos Issa, Luis Sabatini, Fabián Aste, Carlos Garric, Constanza Marino y Marcelo Sein se suman a las de Diego Capusotto y Roberto Carnaghi, las dos figuras que en el film sólo cumplen funciones secundarias.
Filmada a color –a diferencia del blanco y negro de 76 89 03–, la película cuenta tres historias que transcurren en la misma noche. La primera historia es la de Guido y Melina, una ex pareja de novios que vuelven a encontrarse dos décadas después, con sus penurias y miserias a cuestas, intentando saber qué fue de aquel amor adolescente. También se cuenta la historia de Luis María, el ex chico malo de la clase, ahora reconvertido al bien tras haber leído a Paulo Coelho, que aprovecha la ocasión con el único objetivo de pedirle perdón a Germán Pequeño, un ex compañero al que torturó durante toda la secundaria. Por último, la reunión sirve para el reencuentro de Lito, que hizo una exitosa carrera en el exterior, con Alexis y Franco, amigos inseparables en el curso. Claro que las diferentes realidades profesionales harán que Alexis y Franco vean en Lito la posibilidad de salir de sus penurias económicas, aunque la idea incluya un secuestro.
“Tenemos la tendencia de retratar historias de perdedores. Para winners está Hollywood, que te cuenta siempre historias del éxito. Nuestros personajes siempre están lidiando con el fracaso, aunque en este caso no son tan losers como los de 76 89 03”, apunta Bernard, que en el set se encarga de la puesta en escena y la fotografía. “No nos gusta contar historias de personajes marcadamente buenos y otros muy malos. Por momentos, uno es bueno y a veces malo o dañino. Nos interesa contar la complejidad de la vida humana, la ambigüedad que vive en cada uno de nosotros”, apunta Nardini.
–Hablando de riesgos, ¿es muy diferente Regresados a 76 89 03?
Cristian Bernard: –Es una película distinta, pero la gente se va a enganchar porque se trata de una película en la que suceden cosas, que creo que es algo que la gente que vio nuestra opera prima festejó. Había una historia clara, una trama coherente. Esta película no es tan guarra, no toca el mundo de la noche. Acá se tocan otros mundos. Es un film mucho más universal.
Flavio Nardini: –Igualmente, pese a las diferencias, tiene en común que también transcurre en una misma noche y es una peli generacional. Creo que aunque está hecha en color y no hay ni un insulto, el público va a notar que está realizada por los mismos tipos que hicieron 76 89 03. Y tambiénse nota que no hay una productora atrás, por lo que los finales de las tres historias son como nosotros los habíamos pensado. Claro que al ser una película que cuenta tres historias relacionadas, naturalmente va a pasar que a los espectadores les va a gustar más una historia que otra.
C.B.: –En este sentido, al ser una película coral, Regresados es más grande a nivel productivo: tiene más personajes, más locaciones y otra puesta en escena.
–76 89 03 tenía una narración muy particular, de escenas largas y lentas. ¿van a seguir con ese mismo lenguaje narrativo?
C.B.: –Lo que pasa es que en 76 89 03 cortábamos cuando ya no podíamos más. Esta va a ser una película más fragmentada, con más ritmo.
F.N.: –Pero no cambiamos el lenguaje narrativo porque sí. Lo modificamos porque lo pedía esta historia. Si Regresados hubiera requerido la misma historia de 76 89 03 la hubiéramos usado. También, es cierto, 76 89 03 la filmamos en esas condiciones porque no nos quedaba otra. Aunque acá también la filmamos uno a uno.
–¿Pero Regresados no se trata más bien de una película de composición actoral más que de acción dramática?
C.B.: –Es una película de personajes. Si bien suceden cosas, no es tan marcadamente lineal, como en 76... que había un grupo de chicos detrás de un objetivo. Es un film de mayor vuelo interior de los personajes.
F.N.: –Es una película más densa que 76... Nosotros dos hemos crecido en edad, ya pasaron siete años, y también contamos con mayor experiencia que la que teníamos cuando filmamos la ópera prima.
–¿El hecho de que sea una reunión de egresados les abre posibilidades para llegar a un público más amplio?
F.N.: –La película tiene una carga melancólica muy argentina. y al mismo tiempo es una reunión de egresados 20 años después. Ni 10 ni 30 ni 40. A los 37, 38 años uno todavía está en la etapa de tomar decisiones y cambiar rumbos. Es como que esa noche muchos personajes van a tener la última oportunidad de cambiar sus rumbos, si así lo consideran.
C.B.: –Son tipos que asesinaron sus sueños. Suele suceder, también, que a esa edad uno se replantea un montón de cosas, pero que a la vez uno cree que ya es tarde para cualquier cambio estructural en su vida. En esa noche de egresados se les presenta a los personajes la oportunidad de poder cambiar su rumbo. El dilema de la peli es si se animan a tomar esa oportunidad o la dejan pasar. Es una decisión individual. Como la peli transcurre en el 2002, todas esas historias están enmarcadas en la crisis que vivió el país: la crisis está siempre latente.