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Cada período de la historia musical tuvo sus revoluciones. Pero la de la década del ’50 fue la primera que no sólo ocurrió fuera del alcance del público, sino que más de medio siglo después sigue siendo resistida por mucho del público melómano. Y es que no se trató sólo de hacer músicas nuevas sino de hacer algo totalmente nuevo –pensado desde un lugar totalmente distinto– a lo que, a pesar de las apariencias, siguió llamándoselo música. Y el énfant más terrible de aquella camada, un discípulo de Olivier Messiaen que, a pesar de los cálculos férreos que regían sus obras, nunca pudo explicar –afortunadamente– por qué lo fascinaban los ritmos de los gamelanes de Bali, el que más allá de los sistemas logró uno de los estilos más personales del siglo XX, cumplió 80 años.
Pierre Boulez, el más importante entre los serialistas de posguerra, el fundador del Ensemble Intercontemporain (EIC) de Francia y el célebre Ircam (Instituto de Investigación Sonora), el primero en grabar en disco la integral de la obra de Anton Webern y quien, como director de la Filarmónica de Nueva York, incorporó al canon mucha música interdicta por el mercado, escribió mucha de la música fundamental de los últimos cincuenta años. Y, como parte de las celebraciones internacionales que se vienen realizando en países como Alemania, Estados Unidos y Francia, llegan a Buenos Aires tres de los músicos del EIC para dar dos conciertos, mañana y el próximo miércoles 6, dedicados a su obra, la de sus maestros e inspiradores y la de sus discípulos y colegas. Jeanne Marie Conquer en violín, el clarinetista Alain Damiens y Dimitri Vassilakis en piano, darán además tres clases magistrales, destinadas a músicos locales.
En el concierto de mañana, que se realizará a las 17 en el CETC (Centro de Experimentación del Teatro Colón) con entrada gratuita y del que participará como invitada la soprano Sylvie Robert, se escucharán, del propio Boulez, tres obras para instrumento solista, Notations –12 piezas para piano estrenadas por Yvette Grimaud en París el 12 de febrero de 1945 y luego revisadas en 1985–, Domaines –versión para clarinete solo, estrenada por Hans Deinzer en Ulm, Alemania, el 20 de septiembre de 1968– y Anthème, para violín, estrenada por Irvine Arditti el 18 de noviembre de 1991 en Viena por encargo del Concurso Internacional de Violín Yehudi Menuhin. De su maestro, Olivier Messiaen, se interpretará Abîme des Oiseaux, tercer movimiento del Cuarteto para el fin del tiempo, escrito para clarinete solo, y los Chants de terre et ciel, para soprano y piano, con texto del propio compositor. Se interpretará también Hommage à Pierre Boulez, escrita por György Kurtág 2000, para el 75º aniversario del nacimiento de Boulez, en versión para piano solista y para clarinete y violín, D’un désastre obscur, para voz y piano, de Gilbert Amy sobre un texto de Mallarmé, y Contrastes, para clarinete, violín y piano, de Béla Bartók.
El concierto del miércoles será a las 20.30 en el Centro Cultural Recoleta (Junín 1930), también con entrada gratuita, y contará con la colaboración del Laboratorio de Investigación y Producción Musical (LIPM) de ese centro en las obras que involucran medios electroacústicos. Se escucharán la tercera Sonata para piano de Boulez, los 3 Lieder op.25, para voz y piano, de Webern, Hybrid II, para piano, de Francisco Kröpfl, uno de los Poemas de Alejandra Pizarnik, para voz y piano, de Fabián Panisello, y Dialogue de l’ombre double y Anthèmes 2 (ambas con electrónica en vivo), de Boulez. Cada uno de los solistas dará una clase magistral el próximo lunes 4. La de Vassilakis será a las 20, en el Conservatorio Beethoven (Juncal 1264 3), la de Damiens tendrá lugar de 14 a 16, en la Fundación Rozenblum (Lima 1027) y la de Conquer será en ese mismo lugar pero de 16 a 18.