SOCIEDAD › INVESTIGAN SI OCURRIERON A RAIZ DE UN ERROR HUMANO
Muertes dudosas en el hospital
Los pacientes fallecieron entre una hora y media y dos después de que los respiradores dejaran de funcionar, por una falla humana. Ibarra desplazó a la empresa responsable de ese error.
Por Carlos Rodríguez
Durante un lapso de “tres a cinco minutos”, por un aparente error humano que habría sido cometido por los operarios de una empresa que realiza tareas de mantenimiento en el Hospital Santojanni, dejó de funcionar el sistema de aire comprimido que alimenta uno de los dos circuitos que activan los respiradores de la sala de terapia intensiva. El dato fue admitido a Página/12 por el secretario de Salud del gobierno porteño, Alfredo Stern, quien aclaró, sin embargo, que se cree que el inconveniente “no tendría ninguna relación con el fallecimiento de dos pacientes” del hospital. Las muertes ocurrieron una hora y media y dos horas después del problema, y los dos pacientes tuvieron que ser asistidos con “respiradores manuales” porque estaban en dos de los cuatro aparatos que dejaron de funcionar. El jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, dispuso una investigación interna, paralela a la causa judicial, para establecer si hubo responsabilidad del personal médico. El hijo de uno de los fallecidos aseguró que la falla en el sistema fue la causa de la muerte de su padre y calificó de “mentiroso” al director del hospital, Pedro Justich.
Hasta que se aclare el caso, Ibarra decidió la “suspensión provisoria” del contrato con la empresa Poliequipos, que realizaba el mantenimiento. Desde la semana próxima, la tarea estará a cargo de otra compañía que todavía no ha sido designada. Stern dijo a este diario que a las 15.30 del jueves, dos operarios de esa firma “desconectaron un equipo, un motor con el cual se activa el compresor de aire de una de los circuitos que alimenta los respiradores, una parte de los cuales dejó de funcionar”. El funcionario sostuvo que ese tipo de problema “es común en terapia intensiva y el personal está capacitado para dar asistencia manual, como lo hacen cuando hay que cambiar al paciente de respirador”.
Los pacientes fallecidos fueron Antonio Trímboli, de 82 años, y Nora Fernández, de 59, cuyo estado de salud era “muy grave”, según dijo Stern.
Un informe preliminar de la autopsia habría determinado que Trímboli murió a causa de “una congestión y edema pulmonar, por una falla multiorgánica y hepatopatía”. En el caso de Fernández, que pesaba 120 kilos, la muerte fue por “una infección generalizada que afectaba los tejidos blandos”. Stern aclaró que desconocía el resultado de las pericias, aunque señaló que por la información con la que contaba “aparentemente no murieron como consecuencia del problema técnico” ocurrido. El hombre falleció una hora y media después del problema técnico y la mujer, media hora más tarde. El director del hospital, Pedro Justich, fue el primero en asegurar que la muerte no se produjo por la interrupción del sistema.
Justich aseguró que “la luz no se cortó en ningún momento” y que los otros 15 pacientes que estaban en la misma sala “no sufrieron ninguna complicación y evolucionan sin inconvenientes”. El médico se cruzó, en Radio 10, con el hijo de Trímboli, quien lo acusó de “mentiroso” y le exigió que presentara su renuncia al cargo. El joven afirmó que “los médicos que salieron ayer (por el jueves) a informar a mis hermanos sobre la muerte de mi padre, dijeron que la causa del fallecimiento fue el estallido de un compresor de aire que asistía a cuatro respiradores, uno de los cuales era el que tenía mi papá”.
Por ese motivo, los familiares presentaron una denuncia ante la comisaría 42ª y luego intervino la jueza de instrucción Guillermina Martínez, quien abrió una causa por “muerte dudosa”. Justich negó que ése haya sido el motivo del fallecimiento y rechazó la posibilidad de un sabotaje. Stern aclaró después que “por un aparente error humano” se detuvo el motor que hace llegar el aire comprimido a los respiradores artificiales, cuatro de los cuales dejaron de funcionar. Stern insistió en que “la falla mecánica fue suplida por el personal de enfermería con respiración manual, de la misma forma que se hace cuando hay que cambiar un tubo endotraqueal”. El secretario de Salud afirmó que en un hospital “nadie puede interrumpir el paso de energía eléctrica (que es lo que habría ocurrido) sin avisar antes al personal médico”.
Ante la denuncia pública y judicial de los familiares, se ordenó una “profunda investigación” para establecer cómo ocurrieron los hechos y quiénes fueron sus responsables. Stern, sin mencionar el nombre de la empresa, aclaró que el problema habría surgido como consecuencia del trabajo que realizaban dos operarios encargados del mantenimiento. Esto significa que trabajan para la firma Poliequipos. La otra empresa que realiza trabajos en el hospital es Siemens, que en un comunicado aclaró que “no tiene a su cargo, y en consecuencia no realizó en el día de ayer –jueves 30 de junio– maniobras sobre la red eléctrica” del Santojanni. “Siemens, como empresa subcontratista, está realizando la red de informatización” del hospital.